Max Bello, el señor de los océanos: “La salmonicultura tiene que salir del agua”

El experto en política pública oceánica derriba los mitos en torno a esta industria que prolifera en la Patagonia. Además, anticipa sus expectativas con respecto a la COP26 y comenta sus sueños de mayores superficies con Áreas Marinas Protegidas. De todo eso y más conversó con Econexión (todos los miércoles a las 19 horas) de CHV Noticias.

alejandro-sepulveda
Por Alejandro Sepúlveda Jara
Max Bello, el señor de los océanos: “La salmonicultura tiene que salir del agua” FOTO: AGENCIA UNO

Debemos lograr la protección del 30% de los océanos al año 2030”, este es uno de los tantos objetivos que se plantea Maximiliano Bello, el chileno de mayor influencia en la lucha por la conservación de la biodiversidad marina en el mundo.

Luego enumera otros tan importantes como el primero: “Protección de la Antártica, pero más allá de la tierra, también de sus aguas. Acabar con los subsidios a las grandes pesqueras de arrastre que siguen sobrepescando al rededor del mundo, si lo hacemos podría recuperarse más del 12% de la biomasa global en los océanos. Relevar la función de los océanos en el contexto de cambio climático. Además, me gustaría crear un Área Marina Protegida (AMP) conectada desde la Patagonia hasta Norteamérica, una sola, y otra desde Chile hasta la Polinesia. Estos últimos son sueños, pero, por qué no planteárselos”.

Experto en política pública oceánica, asesor ejecutivo de Mission Blue, gerente para América Latina de Island Conservation, COP26 Ocean Champion, entre otras labores y experiencias, posicionan a “El señor de los océanos” entre las personas más respetadas del planeta en materia medioambiental. Max Bello conversó con Econexión (todos los miércoles a las 19 horas) a través del Instagram de CHV Noticias (@CHVNoticias).

Lee también: Ya es un derecho humano: Vivir en un medioambiente seguro, limpio, saludable y sostenible

COP26

La casa está en llamas y esa es la verdad, por brutal que parezca. Por eso, es crítica la realización de esta Cop26”, señala Max Bello con respecto a la Cumbre Climática que se efectuará entre el 1 y el 12 de noviembre próximos en Glasgow, Escocia.

Con respeto a esta reunión afirma que “tengo harto susto. Estamos lejos de la ambición tratando de convertir lo inconvertible. Estamos en una crisis del multilateralismo, de hecho, instituciones como Naciones Unidas (ONU) también están sufriendo un quiebre y tiene un peso tremendo para llegar a soluciones en conjunto. La próxima COP27 será en Egipto, un país maravilloso, en dónde hay un fuerte empuje de las petroleras por lo que podría tener otro enfoque. Entonces, si ahora no se logran acuerdos clave, siento que la COP perderá fuerza. Y esto se puede transformar en una oportunidad para que la sociedad civil tome más protagonismo”.

Bello habla con propiedad de la materia, ya que “he trabajado varias veces con Naciones Unidas y me he dado varias veces con la cabeza en la mesa, porque me desespero al ver que las cosas avanzan lento. El tomar decisiones en conjunto es muy complejo”.

Lee también: Sofía Calvo y el fast fashion: “Estamos generando zonas de sacrificio por vestirnos a la moda”

Áreas Marinas Protegidas

El 90% de las reservas pesqueras del planeta están sobreexplotadas. “¿Quiénes están pescando esos stocks? Son una docena de naciones que ponen muchísimo dinero en subsidiarlas y que tienen la capacidad de llevar sus barcos a cualquier parte del mundo para seguir sobreexplotando”, señala uno de los 100 latinos más influyentes en la acción climática.

Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son un patrimonio de todos. Muchos te dicen: ¡pero como vamos a crear un AMP si no tenemos dinero para cuidarlas! Una de mis respuestas es: Usted tiene una industria pesquera, ¿usted no la cuida? ¿Usted no invierte en ella? ¿No le da subsidio? O sea, no podemos ocuparnos de una cosa y a la otra darle la espalda, entonces, hay que cambiar nuestro modo de operar. Siempre la conservación ha sido el hermano pobre de todo; pero la naturaleza, la biodiversidad, los servicios ambientales, también tienen un precio. O cuando se mata un pez ¿recién tiene un valor? Pero cual es el valor real que tiene ese pez cuando está vivo en el agua, no lo contabilizamos”, ejemplifica con determinación.

El 43% de la Zona Económica Exclusiva de Chile (200 millas) es Área Marina Protegida. En ese sentido, Max Bello señala que aún “falta mucho en la implementación y trabajar con las comunidades. Hay que apurar el paso en la implementación de esas áreas, aunque lo importante es tenerlas”.

La salmonicultura

Chile cuenta con una riqueza marina única, preciada, exquisita. Por eso, proyectos como Dominga son una brutalidad. Esa valoración de lo que tenemos y lo que somos tenemos que hacerlo y relevarlo”, sostiene, aunque apunta con mayor detalle en otra industria.

Hay mitos o mentiras de la salmonicultura que es importante derribar” y los enumera:

1.- “Que los salmones nos hacen bien. Pero si los ácidos omegas los puedes encontrar incluso en otras partes de la naturaleza. El salmón no es más sano, incluso, pueden llegar a no serlo por la cantidad de químicos que les ponen”.

2.- “Que los salmones le iban a quitar presión a la extracción de otros recursos en el océano. Resulta que el 99% de la salmonicultura funciona en base a harina de pescado, es decir, capturan pesces libres, ojalá muy ricos en aceite (anchoveta, sardina, etc.) y se los dan a los salmones”.

3.- “Los salmones son importantes para la seguridad alimentaria. No, porque no los consume la gente pobre que necesita esa proteína. Quienes lo comen son personas que tienen dinero y no problemas alimenticios”.

Lee también: ¿Qué es el polen? Recomendaciones ante las molestas alergias de primavera

La salmonicultura tiene que salir del agua”, enfatiza Max Bello para agregar que “si tú quieres seguir consumiendo ese pez caro, deberás pagar un precio más alto, porque costará más producirlo en tierra con un sistema circular. Ese podría llegar a ser el salmón sustentable”, aconseja.

En la Patagonia hemos sacrificado grandes extensiones en dónde la industria ha crecido en base a la externalización de los impactos, es decir, ellos no asumen parte de los costos, sino que los pagamos nosotros y el ambiente. Pero si a ese ambiente le pusiéramos un valor, seguramente sería mucho más alto que el invertir o subsidiar a la industria salmonera”, cierra en una conversación imperdible.

Síguenos en Google News

  • Enlace copiado
Lo más visto