Río Atmosférico e Isoterma 0 alta: Lluvias extremas causan estragos sobre el centro-sur

Desborde de ríos, colapso de puentes y caminos, hogares anegados, deslizamientos de tierra, sectores aislados y cortes en el suministro de energía son parte de las consecuencias que deja el aguacero. ¿Por qué ha caído tanta agua?

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Por Alejandro Sepúlveda Jara
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¡227 milímetros de agua en 36 horas! Un verdadero diluvio ha caído durante este lunes (31 de mayo) y martes (1 de junio) sobre el centro-sur del país. 227 milímetros de agua acumularon entre las 00.00 horas del lunes y las 8.00 horas del martes la estación meteorológica de Bío-Bío Llanquén ubicada al interior de la región de Bío Bío.

Desborde de ríos, colapso de puentes y caminos, hogares anegados, deslizamientos de tierra, sectores aislados, cortes en el suministro de energía, inundaciones, en fin, estas son parte de la larga lista de consecuencias que han dejado las lluvias abundantes, especialmente, en las regiones de Los Lagos, Los Ríos, la Araucanía y Bío-Bío.

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¿Cuánta agua ha caído? Esta es la recopilación de datos realizada por Álvaro Molina, integrante de la Red Meteorológica Aficionada de Chile, con los mayores montos de precipitaciones acumulados desde el comienzo del lunes hasta la mañana de este martes.

 

 

¿Por qué ha caído tanta agua? Porque al sistema frontal de turno, la banda nubosa que habitualmente deja lluvias sobre el centro-sur del país, se le sumó esta vez un río atmosférico con una isoterma 0 alta

Ríos atmosféricos

Los ríos flotantes existen y se les conoce como Ríos Atmosféricos (RA). “La lluvia que cae sobre el centro-sur de Chile es mayormente alimentada por vapor de agua que ha viajado miles de kilómetros desde su origen en el Pacífico ecuatorial y subtropical”, explica, René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) en su artículo Ríos en el cielo, ríos en la tierra. 

Los ríos atmosféricos son largos y angostos corredores de flujo horizontal de vapor de agua. “Se ven como grandes filamentos, o brazos de humedad, que se desprenden desde las zonas tropicales y que viajan por miles de kilómetros. Su máximo flujo de humedad ocurre a sólo uno o dos kilómetros de la superficie y es la acción del viento la que hace que esta humedad se comience a transportar”, detalla, Diego Campos, climatólogo de la Dirección Meteorológica en su publicación El largo viaje del agua que nos llueve.

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Pero no siempre cumplen la ruta completa, porque apenas surgen “es muy posible que se condensen y precipite en los siguientes días, por lo que el vapor no alcanza a recorrer todo el río. Esto explica cerca del 50% de la precipitación sobre los océanos en las latitudes medias”, afirma Garreaud, doctor en ciencias atmosféricas.

Cuando el vapor de agua, que viajó miles de kilómetros por el océano Pacífico, se conecta con un sistema frontal (baja presión) le aporta a este una gran cantidad de lluvia, la cual puede caer de manera torrencial en un lapso acotado.

René Garreaud describe que “el efecto más notable de los ríos atmosféricos ocurre cuando arriban a las costas occidentales de los continentes, como el sur de Chile o el oeste de Norte América. En nuestro caso llegan entre 30 y 40 a la costa cada año, con mayor frecuencia entre las regiones del Bío Bío y Aysén. Como el aire debe ascender sobre las montañas de las cordilleras de la Costa y de los Andes, ocurre enfriamiento, condensación del vapor y precipitación. Así, los RA dan cuenta de más del 60% de la precipitación anual en gran parte de Chile”.

Diego Campos revela que “si lleváramos todo el vapor de agua que los ríos atmosféricos transportan sería algo así como el doble del caudal del Amazonas flotando sobre nuestras cabezas”.

Isoterma 0

“La temperatura desciende en la medida que me alejo de la superficie de la tierra hacia el cielo. Por ejemplo, si en el suelo, a nivel del mar, tenemos una temperatura de 20° en la medida que subimos ese registro disminuye”, explica Raúl Valenzuela, académico de la Universidad de O’Higgins e investigador del CR2 de la Universidad de Chile.

¿Cuánto disminuye? “Aproximadamente a una tasa de 9° por kilómetro. Así, al subir, llegamos a un punto en que la temperatura será de 0°. Ese sector, si uno lo extiende de manera horizontal, como si tendiéramos una sábana, en todos los lugares de esa sábana en dónde la temperatura es igual a 0° es lo que se conoce como isoterma 0”, ilustra el especialista.

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Ahora, el punto del 0° es variable de acuerdo con una serie de factores. “En un concepto más amplio diremos que registra variaciones estacionales, así, durante el invierno, como tenemos más frío en la superficie, la isoterma 0 se situará en una zona más baja, por ejemplo, 2 mil metros de altitud. Mientras que, en verano, como tenemos temperaturas más cálidas, la isoterma 0 está en un sector más elevado, por ejemplo, 3 mil 500 metros”, detalla Raúl Valenzuela.

En síntesis, ante eventos de precipitaciones, este punto marca aproximadamente el límite entre su caída en estado sólido (sobre la Isoterma 0) o en estado líquido (bajo la Isoterma 0).

“Las lluvias con isoterma 0 alta afectan las nacientes de los ríos cordilleranos de origen nival. En esas cuencas hay una mayor pendiente y estos cauces transportan sedimentos y organismos, lo cual aumenta la turbiedad del agua y podrían provocar inundaciones en las zonas medias de los ríos, porque estos pequeños caudales en la medida que bajan se van uniendo a otros”, explica la Dra. Norka Fuentes, limnóloga de la Universidad de Los Lagos.

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Hay elementos de la naturaleza cuya misión es amortiguar el impacto de eventos extremos como las lluvias de este fin de semana. “Ahora qué tan severas pueden ser esas inundaciones, dependerá de la presencia o no del bosque de ribera, el cual se forma en ambas orillas a lo largo del río. Estos se transforman en zonas de retención de sedientos. Otros retenedores naturales son los humedales fluviales o llanuras de inundación de los ríos, en los cuales, muchas veces, las personas construyen o realizan otro tipo de actividades para los cuales no están aptos”, afirma la especialista.

“En la cordillera hay mucho material suelto (piedras, rocas, arenas) que están habituados a recibir precipitación sólida (nieve) y no líquida (lluvia). Si cae mucha agua, parte de ese material escurre por las laderas de la montaña, ya sea en el cauce de los ríos, o en las quebradas, provocando deslizamientos de tierra o aluviones. Esto genera una reacción en cadena con la crecida repentina del cauce y el enturbiamiento de las aguas que pueden afectar el suministro en las plantas procesadores de agua potable”, anticipa Rodrigo Mondaca, geógrafo e integrante de la Red Meteorológica Aficionada de Chile (Redmeteo).

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