"En la periferia uno no encuentra carabineros": Aumentan asaltos a taxistas y conductores de apps en cuarentena

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Era otro día más trabajando para la empresa de transportes Cabify. Felipe Soto circulaba por las calles de Peñalolén cuando llegaron sus siguientes pasajeros. Eran dos, y le indicaron que su destino se encontraba en la comuna de La Reina.

Comenzó el viaje y sintió un cuchillo cerca del abdomen. Lo amenazaron. Si hacía caso, no le harían daño. En el camino se encontró con dos vehículos de Seguridad Ciudadana, pero ni el cambio de luces ni el ruido de su bocina los alertó, pasó con el semáforo en rojo frente a una comisaría, pero nadie se percató de su situación.

“Llegamos a un pasaje sin salida. Me hicieron ingresar hasta el final y ahí me dieron una puñalada. Me dijeron que me iban a quitar todo, que me quedara tranquilo o me iban a matar. El tipo que iba sentado detrás de mí me agarró por el cuello y me empezó a asfixiar, después de que me pegó la puñalada en el abdomen, la persona que iba de copiloto se bajó y se pasó por delante del auto y abrió la puerta para que me bajara”, cuenta Felipe, quien aprovechó esa maniobra para escapar.

Empujó al sujeto dentro del automóvil y comenzó a retroceder. “Puse reversa y aceleré con todo lo que pude. Uno de los tipos me iba haciendo cortes en un brazo y yo intentaba que me soltara. El otro me iba asfixiando, yo ya sentía que me desvanecía”, señala. Ahí sintió el impacto contra el portón de una casa cercana. Y allí, los vecinos salieron en su ayuda.

Ambos asaltantes fueron detenidos inmediatamente y Felipe hoy se recupera de sus lesiones.

El auto era de su tío y quedó con pérdida total, un gasto de casi $6 millones, más $2 millones para reparar el portón que frustró el robo, $50 mil en medicamentos y más de $100 mil en tratamientos médicos, de los que la empresa Cabify no se hará cargo. Aseguraron que entregarían una ayuda económica de $50 mil. Hace unos días, le depositaron $26 mil.

Más delincuencia con menos gente en las calles

Rodrigo Córdova, vocero de la Confederación Nacional de Taxistas (Confenataxis), explica que son muchas las aplicaciones de este tipo que han ayudado al transporte menor. Los conductores solían trabajar únicamente con sus autos particulares, pero ahora se ha incrementado el uso de taxis y colectivos que funcionan en conjunto a este sistema de pedidos online.

Pese a esta unión, hay ciertas críticas relacionadas a la seguridad: “No están haciendo muy bien la pega porque no filtran bien a sus clientes. Muchos se hacen perfiles con datos falsos y luego andan asaltando. El conductor denuncia y al verificar el RUT se da cuenta de que los datos no eran correctos”.

Además de ello, Córdova relata que la situación del transporte autorizado para circular se complica en medio de una ciudad con cuarentena. Por las calles circula una menor cantidad de gente y el dinero en efectivo que manejan los taxistas y colectiveros se ha transformado en anzuelo para la delincuencia.

“Para salir a taxear, debes andar mínimo con un concentrado de efectivo de diez a $20 mil. Como hay menos focos para delinquir, el taxista es uno rápido y fácil. Se suben a un auto, nos llevan a sitios eriazos y nos asaltan”, cuenta y explica que estas prácticas son cada vez más recurrentes.

Las zonas más peligrosas suelen ser las más abandonadas. Para el gremio, las comunas de mayor peligro son Conchalí, Independencia y Estación Central, donde suele ocurrir la mayor cantidad de estos asaltos.

Similar es la opinión del Héctor Sandoval, presidente de la Confederación Nacional de Taxis Colectivos de Chile (Conatacoch), quien suma a San Bernardo, La Cisterna, El Bosque y La Pintana a la lista de las comunas más complicadas. Pero además de ello, menciona que la situación se está repitiendo en otras partes del país como Coquimbo, San Antonio y Valparaíso.

“En cerros y lugares menos transitados, la delincuencia es pan de cada día. El tema de los asaltos es una constante y sin duda, así como pasan los días, va a ir aumentando, porque la cantidad de dinero en las calles es cada día inferior, por lo que vamos a ser un blanco de robos”, señala.

Medidas de prevención

Debido al incremento de delitos relacionados al tránsito vehicular, como portonazos y asaltos a conductores de colectivos, taxis y aplicaciones de transporte, hay distintas medidas preventivas que han adoptado quienes van al volante.

Alejandro Álvarez, presidente de la Asociación Gremial de Empresas de Taxis Colectivos La Florida (Fesif), afirma que su gremio está más protegido que los demás, “porque tenemos rutas definidas y estamos comunicados con radio. Nos podemos avisar. Pero sí se ve más violencia, al estar más desocupado. Los delincuentes tienen menos alternativas y en la desesperación agarran a cualquiera que pase”, comenta y añade que las horas de mayor riesgo son durante la mañana y en las noches.

Héctor Sandoval, presidente de la Conatacoch, cuenta que el temor no sólo es que las cifras se mantengan, sino que aumenten exponencialmente. "Antes, $10 mil no era tanto dinero, hoy todo les sirve. No ha habido responsabilidad por parte del Estado para que la gente pueda, efectivamente, cumplir con la cuarentena, porque no es fácil subsistir”.

Según los cálculos del gremio, hoy circula alrededor del 30% de los sesenta mil colectivos que normalmente transitan por las calles, lo que representa un mayor riesgo, especialmente en sectores apartados donde la locomoción colectiva mayor no llega.

Además, surgen otras críticas relacionadas a la pandemia y a la seguridad, pero no a la delincuencia, sino a las medidas sanitarias.

“Estamos totalmente desprotegidos. El Gobierno nunca nos ha entregado un par de guantes ni un pote de alcohol gel, ningún tipo de protección. En la periferia uno no encuentra a ningún carabinero o militar. No hay resguardo y la gente está entregada a lo que sea, porque el hambre es un tema que desespera”, añade.

Una formalización y una demanda

Felipe Soto lleva más de tres semanas recuperándose tanto física como emocionalmente de su encuentro con estos dos delincuentes. La puñalada que recibió en su abdomen, afortunadamente, no comprometió ninguno de sus órganos y hoy los cortes son solo un mal recuerdo.

Los autores de sus heridas se encuentran en distintos lugares, el menor de edad de 17 años, está hospitalizado tras quedar con una fractura expuesta de piernas y caderas luego de que el auto se estrellara con el portón, quedando debajo del vehículo. El segundo sujeto, de 19 años, sin antecedentes, pero con causas pendientes, se encuentra en prisión preventiva y será procesado por cuasidelito de homicidio con lesiones graves e intento de asalto.

Además de la audiencia venidera, Felipe tomará acciones legales contra Cabify por no cumplimiento de los términos y condiciones de su cláusula, “que dice que, en caso de cualquier incidente que sufran los conductores por la aplicación, con pasajeros de la aplicación, y si el seguro no cubre, ellos debiesen cubrir el 100%”. Y evidentemente, $26 mil no corresponden ni a la mitad de los gastos comprometidos.

Felipe asegura que jamás volvería a trabajar ni con esa aplicación, ni con otras.

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