Viruela del mono: ¿Qué se sabe de la enfermedad zoonótica que mantiene en alerta al mundo?

CHV Noticias conversó con la académica de la facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales, Ximena Lazcano, quien explicó que el virus no tiene una alta letalidad y que no hay una vacuna disponible para la población en general. "Hay cambios medioambientales que pueden influir en el resurgimiento de nuevas enfermedades", explica la experta.

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Por Gonzalo Núñez
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Durante el último tiempo, virus y enfermedades han afectado a todos los ciudadanos y ciudadanas del planeta. La más reciente ha sido el brote de viruela del mono, una infección zoonótica que pueden transmitirse entre animales y seres humanos.

Los casos que se han detectado han afectado principalmente a las regiones de África Occidental y Oriental, Europa y Estados Unidos. No obstante, la enfermedad no es nueva, así que ha sido catalogada como reemergente, siendo de la misma familia de la viruela que afectó a los seres humanos en la antigüedad.

Su transmisión está relacionada con mamíferos pequeños, como ardillas, perros de pradera y principalmente roedores. Sin embargo, es relevante consignar que se llama “del mono” porque fue descubierta en una colonia de estos animales en los años 50.

En diálogo con CHV Noticias, la académica de la facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales, Ximena Lazcano, aseguró que el virus tiene una letalidad de menos del 1% en general. “Lo que ha llamado la atención es que esta viruela del mono se ha dado de forma esporádica principalmente, provocando pequeños brotes. Se ha confirmado una capacidad muy baja de transmitir el virus de persona a persona”, indica.

“También llama la atención los variados casos de forma simultanea en distintos países de Europa, como España, Portugal, Suecia, además de Estados Unidos y Canadá. Vale la pena preguntarse si hay algo que esté sucediendo relacionado con la transmisibilidad del virus, que en general es baja, y ahora se ha visto en grupos de personas en distintas naciones”, explica.

“La viruela del mono tiene una gravedad y transmisibilidad menor que la viruela humana, que es la que se conoce y por la que vacunaban a las personas antiguamente. En Chile se dejó de vacunar en 1978 contra la viruela. La gente vacunada podría presentar defensas contra la viruela del mono porque son virus que se parecen”, establece.

Según explica la experta, la transmisibilidad entre personas es por contacto estrecho, es decir, a través de gotas o secreciones. “Es un contacto estrecho y prolongado, ni si quiera por estar cerca de una persona“, precisa.

Asimismo, asegura que en Chile no se han reportado casos y que en el mundo se está estudiando como se originaron los diferentes brotes. “Acá puede llegar como casos importados, porque el nivel de conexión entre países es enorme. Los casos que han aparecidos son importados, una persona que viene de un lugar donde hay brotes y comienza la cadena de transmisión. Sería irresponsable decir que estamos a salvo, porque a cualquier país podría llegar”, detalla.

Síntomas

Con relación a la sintomatología, señala que las personas sufren de fiebre, aumento de volumen de ganglios inguinales, dolor muscular y la aparición de las lesiones en la piel, principalmente en el rostro, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.

En ese mismo sentido, la especialista dice que actualmente no hay un tratamiento contra la viruela del mono. “Hay algunos antivirales que han tenido efectos en animales y que podrían ser utilizados en humanos pero no están oficialmente reconocidos“, menciona.

No obstante, dice la especialista, hay una vacuna contra la viruela del mono que está autorizada en Estados Unidos, pero no en Europa. Además Lazcano manifiesta que se generó porque la viruela del mono se toma como enfermedad ocupacional, es decir, la vacuna se utiliza con personas que trabajan con animales. “En realidad no está disponible para la población general“, enfatiza.

¿Hay que preocuparse por la alerta sanitaria mundial?

Nunca se debe mirar en menos las enfermedades emergente o re emergentes, dice la profesional. “Hay que tener un plan precoz para cualquier situación. No hay que poner una alerta que preocupe a la población porque sería irresponsable. Pero sí creo que los ministerios deben estar en vigilancia, estar alerta a cualquier noticia y a lo que vaya informando la OMS para tener ciertos lineamientos, por ejemplo si es que hubiera casos en países vecinos“.

Sin embargo, lo anterior dependerá de cómo se muevan los brotes, “pero por ahora hay que mantener los ojos abiertos sin generar alarma y desinformación”.

“Estos brotes de distintos cuadros de infecciones se deben a que estamos expuestos constantemente a la aparición de nuevas cepas y de nuevos virus. Cada vez hay mayor movilización entre personas y entre regiones. Hay cambios medioambientales que pueden influir en el resurgimiento de nuevas enfermedades“, explica.

En ese contexto, es que según sus declaraciones, el cambio climático, las temperatura, la deforestación, los incendios y todo lo que lleve a cambiar nichos ecológicos, propician un riesgo de que aparezcan ciertos agentes infecciosos, porque se está invadiendo los hábitat de animales que pueden ser portadores.

Una enfermedad autolimitada

La académica enfatiza que la Viruela del mono es una enfermedad que no genera o no tienen una letalidad importante, a menos que la persona tenga problemas en la inmunidad. “Hay que tratar de no desinformar y no provocar el miedo en la población, pero tampoco hacernos los locos y hacer vista gorda con lo que pasa, porque desde el punto de vista epidemiológico aún se está investigando“.

En ese contexto, hay que mencionar que incluso han surgido brotes de grupos de personas distintas en la misma región, lo que podría significar una cadena de transmisión diferente. “Hay que investigar si han existido cambios en la forma en que se transmite, porque pasamos de una transmisión baja entre personas a tener brotes, y eso se debería investigar, agrega.

No hay medicamentos -por el momento- autorizados para tratar la viruela del mono. “Es una enfermedad autolimitada, es decir la sintomatología durará cierto tiempo y luego el paciente va a mejorar, ya que con la respuesta inmunológica, el virus sería eliminado.

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