Alfredo Ugarte adoptó una alpaca, le puso Chaleco y ayudó a toda su familia a sobrellevar la cuarentena

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En una parcela ubicada en Colina, el entomólogo Alfredo Ugarte vive junto a su esposa, hijos y algunos animales como conejos, gallinas, culebras, una iguana, un guacamayo, una cabra, una llama y ahora con Chaleco, una alpaca macho de un mes de edad y 60 cms. de altura, quien ha llegado a ser el protagonista de la cuarentena familiar.

El ex panelista de La Ley de la Selva cuenta que siempre quiso convivir con uno de estos animales y que solía pedírselo a uno de sus amigo: “Él vive en Talagante y tiene diez alpacas, pero le dolía separarlas de sus mamás“.

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Sin embargo, esto cambió hace unos días. “Hace tres semanas me llamó. Una de ellas había muerto luego de parir, dejando sola a su cría. No alcanzó ni a cortar el teléfono y yo ya estaba allá”, cuenta.

El también agrónomo fue a buscar al animal con uno de sus hijos, mientras su esposa partió rumbo a la farmacia a comprar leche y una mamadera. Desde ese momento, el camélido se convirtió en uno más de la familia.

No sabían si era hembra o macho y el primer día no tomó leche. Como la alpaca no estaba habituada a usar un chupete y posiblemente estaba desorientada en el nuevo hogar, fue la esposa de Alfredo quien se hizo cargo.

“Después de haber criado siete hijos, el instinto lo tiene bien desarrollado. Se sentó en la tarde con la alpaca y le empezó a hacer cariño. Ahí se tomó media mamadera y se fue a acostar. Esa noche, obviamente, durmió con mis hijos”, cuenta Ugarte.

A partir de ahí, la dinámica familiar giró en torno al nuevo miembro y a su convivencia con el resto de los animales de la casa. Magdalena (11 años), la menor de la familia, asumió uno de los roles más importantes.

“Como es la más chica, es la más entusiasta. Se levanta temprano y parte a darle la mamadera y la papilla a Guatón, el guacamayo, que está insoportablemente regalón y que se acostumbró a que lo vayan a ver todos los días. Chaleco adoptó a la Magdalena como su mamá”, relata el entomólogo.

Además, comparte que “mis hijos están encerrados y yo soy el único que sale, por lo que ha sido una distracción. Nos ha servido para preocuparnos de otras cosas, ha sido fantástico para la cuarentena que estamos viviendo. Ven televisión y la alpaca se mete al medio, mientras el guacamayo les rompe las guías del colegio y de la universidad”.

Y las adopciones aumentan

Si bien no todo el mundo puede darle la bienvenida a su hogar a una alpaca, las adopciones, venta de comida y compra de vestimenta y comida para mascotas en el país van al alza durante la pandemia. Es por eso que Rocío Cortez, veterinaria de Tiendapet.cl, recomienda considerar los pros y contras, antes de tomar la decisión de aumentar la cantidad de integrantes en el hogar.

Es importante considerar que, en caso de adoptar un perro, aumentará el ejercicio aeróbico de los dueños. También hay que incluir la inversión económica que implica abrir las puertas a un animal, además de los cuidados posteriores que requerirán una vez que termine el aislamiento social.

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María José Ortega vive con su esposo y hace muchos meses quería tener una mascota.Fue a fines de febrero cuando conoció a Blacky, una gata que los cautivó y que decidieron adoptar. “La encontraron botada en año nuevo y la recogieron. Cuando tuvimos nuestro propio departamento, justo vimos el anuncio y tomamos la decisión”, cuenta.

Desde ese entonces, la felina lleva más tiempo con sus dueños en la casa que sola. “Estamos con teletrabajo, entonces es nuestra entretención. Ha sido súper beneficioso, si ella no hubiese estado, no sé cómo habríamos soportado casi dos meses de encierro”, sincera.

La rutina diaria de ellos comienza a las siete de la mañana cuando Blacky los despierta y los acompaña en todas las etapas: durmiendo a su lado cuando trabajan y jugando cuando hacen rutinas de ejercicio.

Daniel Sánchez, sicólogo y académico de la Universidad Central, explica que los beneficios de adoptar una mascota en la casa son muchos, especialmente en medio de la cuarentena.

“La familia se pone al servicio del animal. En esta cuarentena, que estamos todos encerrados y cumpliendo rutinas, aparece un vector súper inocente. Se recomienda que todos establezcan horarios de trabajo y se negocien los espacios familiares, con un animal, aparece un factor de ruptura que incluye cuidado, contención, alegría y reducción del estrés”, señala.

Así lo entendió también María Pino, funcionaria del área de salud, quien se encuentra trabajando con turnos semanales. Con sus dos hijos encerrados en la casa junto a su marido, cuenta que decidió adoptar una mascota, para que le hiciera compañía a su perro, que ya tiene 16 años, pero también, para que sus hijos “empezaran a interesarse en otras cosas, que no fuera sólo ver televisión o estar encerrados“.

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“Mi hijo más grande, que tiene casi nueve años, se levanta todas las mañanas y baja al primer piso a buscarlo”. Así, Pelusa, un cachorro de dos meses, ha hecho que el aislamiento les resulte más sencillo“, sincera.

“Un animal en la casa no es un cuadro o planta. Requiere atención y que la dinámica de la familia, sea cual sea su composición, se vuelque hacia el bienestar de un ser vivo indefenso, que requiere el 100% de nuestros cuidados. Se establece un patrón fundamental en la familia, se instala como algo vital, el cuidado y la protección del otro”, explica el psicólogo Daniel Sánchez, quien añade que otra de las ventajas de un animal en la casa, tiene que ver con el establecimiento de una rutina y la sensación de responsabilidad en los niños.

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