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Quién fue Rebeca Schäfer: La hija adoptiva de Paul Schäfer que murió de cáncer en Alemania

La mujer cuidó y acompañó al pederasta alemán hasta su detención y condena en Argentina en el 2005, por los delitos de abuso sexual de menores y violaciones a los derechos humanos perpetrados en el enclave germano Villa Baviera (Colonia Dignidad), de la ciudad de Parral.

Quién fue Rebeca Schäfer: La hija adoptiva de Paul Schäfer que murió de cáncer en Alemania Rebeca Schäfer - Foto: DW.

El recién pasado miércoles, falleció en Alemania la hija adoptiva de Paul Schäfer, Rebeca, de 55 años, quien padecía un delicado cáncer del aparato digestivo que la acompañó hasta sus últimos días en el sur del país europeo.

La mujer cuidó y acompañó al pederasta alemán hasta su detención y condena en Argentina en el 2005, por los delitos de abuso sexual de menores y violaciones a los derechos humanos perpetrados en el enclave germano Villa Baviera (Colonia Dignidad), de la ciudad de Parral, Región del Maule.

Asimismo, la joven chilena, en ese momento, que no pasaba desapercibida producto de sus visibles trenzas negras y su marcado acento alemán. Además fue una de las personas que, constantemente, visitó a Schäfer en prisión.

¿Quién fue Rebeca Schäfer?

Rebeca nació en 1967 y existen diversas versiones acerca de su llegada hasta Colonia Dignidad, donde fue adoptada por Paul Schäfer. En ese momento fue inscrita como Rebeca del Carmen Valenzuela Soto.

Se dice que llegó a Villa Baviera en los brazos de su padre, quien la habría dejado en el lugar tras la muerte de su esposa, a las pocas semanas de vida de la menor, en ese entonces, dejándola al cuidado de una vecina de la colonia alemana. Otra versión apunta a que la habrían internado por desnutrición en el Hospital de Colonia Dignidad, a los 7 años y de ahí en más se quedaría en ese lugar.

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Por otra parte, Rebeca fue la única de los 15 niños y 5 niñas que fue adoptada por un hombre soltero en las décadas de los 60’s y 70’s en la comunidad alemana de la Región del Maule, según el libro Der Fall Colonia Dignidad (El caso Colonia Dignidad), de Jan Stehle.

Estas adopciones se realizaban a través de procedimientos fraudulentos, en muchas ocasiones contra la voluntad de los padres y con un sinfín de engaños, ya que, varios de los adultos, eran analfabetos y se encontraban en un contexto de vulnerabilidad.

El investigador del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL), explicó al medio alemán DW que “cuando Schäfer quiso regularizar la adopción en la embajada alemana, la diplomacia podría haber indagado más, pues se trataba de un hombre buscado por la fiscalía de Bonn desde 1961 hasta 1974 por abuso de menores”.

Archivo

Colonia Dignidad – Archivo

“Este caso simboliza la situación de los menores chilenos apropiados: autoridades alemanas y chilenas contaban con mucha información, pero no indagaron. Hasta el día de hoy, han sido el eslabón más bajo de la jerarquía y no ha habido mecanismos para ayudarlos”, agregó.

Estadía en Colonia Dignidad

Tras ser adoptada por Paul Schäfer, Rebeca comenzó a contar con una serie de beneficios al interior del recinto. No realizaba trabajos pesados, fue jefa en el grupo de niñas Falken, cantaba en el coro y tocaba el violín.

A pesar de no tener una relación muy cercana con el pedófilo, ella poseía un carácter bastante fuerte, además, delataba a los niños que no cumplían con las reglas y no realizaban sus tareas, según relata el medio alemán DW.

“Si ella quebraba algo, te echaban la culpa a ti, y así yo tenía que mentir para que ella saliera libre de culpa. Sinceramente, yo vivía bajo un constante miedo”, dijo su compañera de grupo, Eva Laube, en el libro Lasst uns reden (Hablemos) de Heike Rittel.

Por otra parte, Hernán Fernández, abogado de víctimas de Colonia Dignidad, señaló a DW que Rebeca “tuvo un fanatismo extremo. La transformaron en un espejo de quienes ejercieron el poder en la secta”.

Su vida después de Villa Babiera

Tras su estadía en la secta, Rebeca viajó, sacó pasaportes falsos con el apellido Berger para ella y su padre, y se compró una vivienda en las Islas Saint Kitts y Nevis, en el Caribe. “No hay antecedentes de que algún ente policial haya investigado qué pasó con esa propiedad. No se ha cumplido el acuerdo establecido por Chile y Alemania de indagar el patrimonio”, explicó Stehle.

Junto a ellos, en la clandestinidad, los acompañó la persona con quien compartió varios años de su vida, Peter Schmidt, hijo del presidente formal de la colonia y dueño de las propiedades donde se mantuvieron prófugos en el país trasandino.

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Luego de ser capturados, Rebeca fue condenada por complicidad, sin embargo, fue absuelta por la Corte Suprema. En ese momento viajó hasta Alemania, donde vivió sus últimos años.

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