Tomados de la mano: Pareja de abuelitos murió de coronavirus con casi una hora de diferencia

Tras 53 años de matrimonio ambos fallecieron juntos producto del virus en un hospital de Texas. Su historia, contada por un hijo de 53 años, impactó al mundo al ser un potente ejemplo de cómo el amor de dos personas se mantiene hasta el final.

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Betty y Curtis Tarpley estuvieron juntos la mayor parte de sus vidas: fueron a la misma escuela secundaria en Illinois, se conocieron y se enamoraron en California siendo adultos, luego se casaron y criaron dos hijos.

El 18 de junio, después de 53 años de matrimonio, los dos murieron de coronavirus con casi una hora de diferencia en un hospital de Texas, y pasaron juntos sus últimos momentos tomados de la mano, según contó su hijo a CNN.

Tim Tarpley explicó que su madre, de 80 años, había estado enferma durante algunos días cuando la llevó al Hospital Metodista Harris Health Texas Fort Worth y descubrió que ella tenía COVID-19. Tras esto, fue ingresada al recinto el 9 de junio y su padre, de 79 años, fue ingresado el 11.

Preparando el adiós

Tarpley, de 52 años, señala que su padre estaba en la unidad de cuidados intensivos y parecía estar bien. Las enfermeras incluso pudieron llevar a Curtis a la unidad de Betty, para que pudieran pasar un tiempo juntos.

La condición de Betty empeoró. Ella llamó a su hijo y a su hermana, Tricia, para contarles que “estaba lista para irse”. Una dolorosa decisión que le contó un tiempo asimiliar a Tarpley. “Solo grité ‘¡No!’. Y pensé: ‘Tengo muchas otras cosas que hacer en esta vida que quiero mostrarles y no estoy listo’”.

El personal del hospital permitió que Tarpley y su hermana visitaran a su madre dos veces.

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Durante la primera visita ella estaba muy medicada y realmente no sabía que estaban allí. Luego, estuvo alerta y contando chistes cuando regresaron al día siguiente, pero Tarpley señaló que era claro que estaba incómoda y que los médicos dijeron que no tenía mucho tiempo.

Tarpley afirma que llamó a su padre para informarle sobre la condición de su madre y le dijo cuánto lo amaba ella. Poco después de recibir la actualización de sus hijos, los niveles de oxígeno de Curtis se desplomaron.

“Realmente siento que a él le gustaba luchar porque se suponía que debía hacerlo, y una vez que se enteró que ella no iba a lograrlo, entonces estaba de acuerdo con llevarlo a la casa”, dijo Tarpley. “Creo que luchó porque pensó que el equipo lo necesitaba, pero también estaba cansado y sufriendo”, añadió.

Sucedió tan rápido que Tarpley y su hermana no pudieron volver a ver a su padre.

“Lo correcto era reunirlos”

Tarpley relata que una enfermera, con la que nunca había hablado, organizó las cosas para que su mamá y su papá estuvieran juntos. Ambos habían decidido recibir atención de confort, lo que implicaba darles grandes dosis de medicamentos para aliviar su dolor.

“Sentí que lo correcto era reunirlos”, dijo Blake Throne, una de las enfermeras de la unidad de cuidados intensivos donde estaba Curtis. “Comencé a preguntar si era posible y luego comencé a moverme para intentar hacerlo”, agregó.

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Throne dijo que esto requirió un esfuerzo de equipo, pero lograron trasladar a Betty a la unidad de cuidados intensivos, para que ella y su esposo pudieran estar al lado.

Cuando otra enfermera le dijo a Curtis que Betty estaba allí, él trató de mirarla. Pero Throne dijo que estaba muy débil. “Sus ojos se abrieron y sus cejas se alzaron. Sabía lo que decíamos. Sabía que ella estaba allí”.

La enfermera detalla que luego puso la mano de Betty sobre el brazo de Curtis.

Comunicarse sin palabras

“Sinceramente, creo que estaban tan incapacitados que todo lo que podían hacer era hablar con sus almas o algo así, un lenguaje especial no hablado”, aseguró Tarpley. “Obviamente se conocían lo suficientemente bien como para poder comunicarse sin palabras”.

Betty murió después de unos 20 minutos y Curtis murió unos 45 minutos más tarde, indicó Throne.

El hijo de la pareja señala estar agradecido por la empatía y amabilidad del personal del hospital. “Eso es lo que los hace los mejores”, aseguró.

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Tarpley indica que no sabe cómo se contagiaron sus padres de COVID-19, y dijo a CNN que debió ponerse en cuarentena porque él también se infectó. Revela además que su madre y su padre estuvieron aislados en gran parte desde marzo, pero que él los visitaba cada dos días para ver cómo estaban.

Ese tiempo juntos fortaleció aún más su relación, lo que, según Tarpley, le dio “otro nivel de paz”.

Finalmente, Tim cuenta que su familia y amigos esperan poder celebrar la vida de Betty y Curtis el próximo año.

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