“Tranquilizándome un poco”: Chileno secuestrado en Haití agradece ayuda y relata su vivencia
El misionero Esteban Zamorano entregó detalles sobre el traumático hecho que se originó el pasado 8 de junio, mientras viajaba en auto junto a su pequeña hija. Ahora, tras ser liberado, declaró que "estoy recibiendo mucho ánimo por parte de Dios".
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Luego de pasar 14 días secuestrado en Haití, el chileno Esteban Zamorano fue liberado el pasado 21 de junio tras la intervención de la Policía de Investigaciones (PDI).
De esa manera, el misionero de 32 años pudo reencontrarse con su familia y dejar atrás los hechos que se remontan al miércoles 8 de junio, en Puerto Príncipe, cuando fue interceptado por desconocidos mientras transitaba en auto junto a su pequeña hija de 6 años.
Sin embargo, Zamorano decidió romper el silencio y referirse a este traumático hecho. Mediante dos videos en el Instagram Familia Misionera Haití, el chileno indicó que “de a poco he estado dándome cuenta del apoyo que tuvo mi familia en este tiempo en el que fui secuestrado”.
Junto a esto, agradeció en primer lugar a Dios, “porque hemos visto su cuidado sobre nosotros”, a Chile y las instituciones que se involucraron en el caso, asegurando que “aunque fue un tiempo difícil para nosotros, para los que amamos a Dios nos enseña su palabra que todas las cosas nos ayudan a bien”.
Continuando con lo anterior, aclaró que el objetivo de sus videos era “desmitificar información que no es correcta o no es tan exacta”, por lo que decidió relatar una cronología de su secuestro.
Según dijo, todo comenzó el 8 de junio, cuando iba con su hija a una clase de español para niños y adolescentes en Haití. En ese instante fueron interceptados por “dos hombres de forma muy violenta”.
“Ellos permitieron, gracias a Dios, que mi hija se fuera, como conocía la zona (…) Ella logró llegar a casa sin problemas e informar a mi esposa”, siguió.
Posterior a esto, Esteban afirmó que fue trasladado al lugar donde se mantuvo encerrado por los 13 días restantes, recinto en que también había otras personas.
Sobre su caso en particular, y mediante la intervención de las instituciones, sostuvo que “se logró la negociación final y pude salir. Ahora estoy en recuperación, tranquilizándome un poco y recibiendo mucho ánimo por parte de Dios“.
“El tiempo que estuve en esa situación, sin dudas Dios me trajo palabra tras palabra y convicción tras convicción, y fue tremendo”, cerró.
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