El sujeto tenía más de 1.600 discos DVD y cintas VHS con material para adultos, junto con un número indeterminado de revistas. “Francamente, David, te hice un gran favor al ayudarte a deshacerte de esto”, aseguró su progenitor.
David Werking es un hombre de 43 años que tras divorciarse volvió a vivir con sus padres la localidad de Grand Haven en Michigan, Estados Unidos.
De acuerdo a lo publicado por The Guardian, después de 10 meses el sujeto decidió volver a vivir solo en Muncie, Indiana.
Durante la mudanza, los progenitores de Werking quedaron sorprendidos con la colección de más de 1.600 discos DVD y cintas VHS de pornografía de su hijo, además de un número indeterminado de revistas para adultos.
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Ante este escenario, ambos optaron por botar todo a la basura. “Francamente, David, te hice un gran favor al ayudarte a deshacerte de esto”, le confesó su padre a través de un correo electrónico.
Tras esto, Werking optó por demandar a sus progenitores por daños y perjuicios, acusándolos de que no tenían derecho a disponer de su colección.
Durante la acción judicial la pareja reconoció los hechos y se defendió asegurando que, como dueños de casa, ellos son libres de decidir qué es admisible o no en su hogar.
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Sin embargo, el juez de distrito Paul Maloney falló en favor de Werking, afirmando que “no existía ley o normativa alguna que permitiera a los dueños de una casa, destruir la propiedad en ella que no fuera de su agrado”.
Tras realizar los peritajes correspondientes, donde además se constató que no hubiera pornografía infantil, se definió que el valor de la colección era de 30.441 dólares ($23,8 millones), montó que deberán pagar los padres junto con los costes del juicio, que ascendieron a 14.500 dólares ($11,3 millones).
28/08/2021
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