Greta Thunberg en Nueva York: "Necesitamos detener la destrucción de la naturaleza, el Amazonas es clave”

Cada una de estas embarcaciones representaría a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que además de fijar un compromiso con la crisis climática, también incluyen la lucha contra la pobreza o la igualdad de derechos de las mujeres.

A dos horas de su arribo, Greta publicó en Twitter que ya vislumbraba las luces de NY.

“Hogar dulce hogar desde 14 días”, comentó la activista de 16 años sobre el Malizia II, la embarcación en la que partió hace dos semanas de Plymouth, Inglaterra.

En la misma línea, detalló que “pronto la última noche sobre el Malizia II. Mañana llegaremos a Nueva York”.

+++ Solo 1000 millas náuticas hasta el final +++

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"Incluso aquí, en medio del Atlántico, escucho sobre el número récord de incendios devastadores en el Amazonas. Mis pensamientos están con los afectados, nuestra guerra contra la naturaleza debe terminar", escribió en su cuenta de Twitter.

Por su parte, el capitán Boris Herrmann dio una muestra de una de las consecuencias del largo viaje: su mano derecha está cubierta de burbujas. "Mano de un marinero", comentó.

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Al parecer, el avance del yate no ha sido el esperado en esta jornada. Por esto, se lo ve al capitán pidiendo un poco de viento en su red social.

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Ante las criticas, Greta Thunberg informó en su cuenta de Twitter que el yate utiliza energía solar. "Malizia II está equipado con paneles solares e hidrogeneradores, por lo que es uno de los pocos barcos en el mundo que hace viajes como este libre de emisiones".

Agregó que "también tiene un sistema un laboratorio a bordo para la medición de CO2 y temperatura del agua en la superficie del mar en cooperación con el Instituto Max Planck ".

Al ser cuestionado sobre si necesita a veces proteger a la activista y pedirle que descanse, el marinero afirmó que "eso es lo que ella misma hace", y afirmó ser un "gran fanático de Greta".

Al final del día, Thunberg compartió una foto en Twitter y escribió un mensaje en el que señala que ha perdido la noción del tiempo: "Duermes, comes, miras el océano".

El Malizia II sigue su curso hacia el oeste. Nueva York está a más de 3 mil kilómetros de distancia. La tripulación logra capear las horas de espera con dibujos y juegos.

"La vida cotidiana a bordo, dibujar y jugar juegos como el Trofeo Navigators: ¿Cuándo llegará el" Malizia II "a Nueva York?", comentó Herrmann en su cuenta de Instagram.

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El capitán compartió poco después un video de cómo se planifica la ruta adicional, en la que se debe tener en cuenta los vientos predominantes. El Malizia II ya completó la mitad de su ruta a través del Atlántico.

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En el yate no hay un inodoro normal y lavarse el cabello es una experiencia distinta. "Todo el viaje es un desafío de cubo, gracias a Dios que tenemos varios cubos con nosotros", comentó Herrmann en Instagram.

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En su cuenta de Instagram, el capitán Boris Herrmann compartió dos fotografías. En una de ellas se muestra con su compañero Pierre Casiraghi en la cubierta del yate.

"Algunos dicen que es como una montaña rusa, otros simplemente lo llaman 'Surfin' a los Estados Unidos", comentó, haciendo referencia al clásico de The Beach Boys.

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El humor de Greta se mantiene el alto. Así lo demuestra en una imagen que compartió en Twitter, donde aparece junto a toda la tripulación.

Hasta ahora, nadie ha sufrido de grandes mareos a bordo de la embarcación, a pesar de las grandes olas. Además, se mantienen en forma con alimentación saludable.

"Hay muchos alimentos y bocadillos veganos a bordo", señaló Herrmann en Instagram.

Por su parte, la activista compartió una imagen en la que comparte sus impresiones por el buen tiempo: "Un día soleado con un viento agradable". El yate se encuentra en estos momentos en las costas de Portugal.

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Mientras tanto, surgen entre las redes sociales algunas criticas hacia el viaje de Thunberg, indicando que la organización del recorrido en velero consumió más C02 que si hubiera volado hacia Estados Unidos. La tripulación del Malizia II se defendió ante las acusaciones.

"Todo el mundo está bien y todavía nadie tiene mareo", escribe el capitán. "Ahora giramos hacia el oeste (giramos el bote hacia el oeste y llevamos la vela al otro lado) y viajamos a unos 10 nudos (20 km) y olas de 2 metros", comentó.

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Poco después, Boris Herrmann indicó en Instagram que se experimentaron "algunas condiciones incómodas" en el transcurso de la tarde, y que todos se sienten un pcoo mareados, "pero nada malo o inesperado".

Siguiendo su viaje por el Atlántico, Greta Thunberg continúa su huelga escolar por el cambio climático.

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El "Malizia II" llegó hasta cerca de 65 millas náuticas hacia el oeste durante la madrugada. "Una noche muy inquieta, pero dormí sorprendente bien", comentó la joven en su cuenta de Twitter.

El capitán Herrmann entregó más detalles: "La noche fue agitada y agitada, pero casi todos se durmieron, tratamos de organizar el espacio, el almacenamiento y la vida, todo es cámara lenta: vestirse, cocinar, etc. Hasta ahora, todo está bien y nosotros nos acostumbraremos a eso".

El inicio del viaje casi coincide con el aniversario de la protesta de Thunberg: el 20 de agosto de 2018, cuando la joven de 15 años se sentó frente al Parlamento de Estocolmo con el objetivo de pedir una mejor política de protección climática en Suecia y el cumplimiento de los objetivos climáticos de París.

Esta acción se convirtió en un movimiento internacional de protección del clima que lleva por nombre Fridays For Future, y que motivó a que miles de personas se sumaran a protestar cada viernes, exigiendo una mayor protección del clima en el mundo.

Antes de dejar Plymouth, Greta contó su receta para el éxito en una conferencia de prensa: "Al principio, mi voz no se escuchó, seguí intentándolo hasta que encontré una manera de ser escuchada. Tienes que ser creativa".

En la instancia aseguró que no espera convencer al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a impulsar una mejor política climática. "No le digo a nadie qué hacer", aseguró.

En el viaje la acompaña el regatista alemán Boris Herrmann, quien destaca que el viaje de la activista no debe ser tomado como un modelo a seguir: "Sabemos que no todos pueden navegar a través del océano en un yate de alta tecnología. Pero todos pueden comenzar a cambiar su propio jardín y con unos pocos pasos podemos lograr algo".