Los autores afirman que la normativa vigente es "letra muerta" y que no se está fiscalizando a los dueños que alteran los silenciadores o instalan mecanismos para hacer más ruido. Además, con la iniciativa buscan que las plantas de revisión técnica estén en la obligación de instalar un sello que certifique que está dentro de la norma.
Estar encerrados en las casas por extensos periodos de tiempo o al menos extender la cantidad de horas que pasamos dentro de los hogares, debido a la crisis sanitaria, nos ha hecho más atentos y estar más alerta de situaciones que quizás siempre ocurrían, pero no les prestábamos mayor atención. También nos ha hecho valorar ciertas cosas que antes dábamos por sentado.
Para quienes realizan teletrabajo o simplemente desean un poco de tranquilidad al llegar a sus domicilios, tras una jornada laboral en medio de la pandemia -y sus factores estresantes ya habituales-, el silencio bien puede ser una necesidad.
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Es por eso que por estos días abundan las denuncias por ruidos molestos frente a vecinos que, por diversas situaciones, sienten que no pueden hacer nada. Y un sonido que, pareciera, para nadie es agradable es el que producen las motos, específicamente aquellas cuyo tubo de escape ha sido alterado y genera un reconocible ruido al arrancar y transitar.
Mientras algunos sostienen que se trata de un sonido insoportable de altísimo volumen, otros argumentan que hay vehículos que vienen de fábrica con aquella configuración y que no serían mucho más ruidosos que un auto o una micro.
Debate que nuevamente está sobre la mesa luego de que la ex candidata a constituyente, Antonia Orellana, expresara su molestia por "estos artefactos del infierno que hacen que las motosos suenen como bombardeo". Minutos más tarde, el diputado Gonzalo Winter (CS) le respondió que ya hay una iniciativa de ley sobre esta materia en el Congreso.
¿Qué dice el proyecto?
El martes 9 de marzo, diputados de la UDI ingresaron el documento que busca regular esta situación y sancionar "toda alteración o modificación de los sistemas de escape o silenciador de los vehículos, por sobre los límites de las normas de emisión de ruido".
La iniciativa ya se encuentra en su primer trámite en el Congreso, es decir será analizada en la comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones.
De acuerdo al texto, la infracción será sancionada con una multa de 2 a 5 unidades tributarias mensuales, es decir, podría llegar a cerca de 260 mil pesos.
Junto a lo anterior, se establece que "las plantas de revisión técnica estarán obligadas a instalar un sello inalterable en el tubo de escape de los vehículos de combustión interna, que certifique el cumplimiento dela normativa de emisión de ruido".
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En detalle, el articulado precisa que "se prohibirá la utilización de cualquier mecanismo que altere la eficacia de los silenciadores, o que amplifique o aumente el nivel de ruido máximo permitido para cada vehículo, según lo dispuesto en el Decreto N° 7, del año 2015, del Ministerio de Medio Ambiente, que establece norma de emisión de ruido para vehículos livianos, medianos y motocicletas".
Todo lo anterior, según se argumentó en el proyecto, considerando que "la falta de sanciones para quien incumple la normativa vigente en materia de emisión máxima de ruidos, y la dificultad práctica que conlleva la fiscalización de esta obligación legal, ha vuelto la normativa vigente en 'letra muerta'".
¿Cuánto es "mucho ruido"?
De acuerdo al texto, que cita un decreto del Ministerio del Medio Ambiente, las motos no deberían exceder en ningún caso los 80 decibeles, límite máximo establecido para aquellas de cilindrada igual o superior a 175 cc.
A modo de comparación, afirman que "75 decibeles equivalen al ruido que produce una calle con mucho tránsito, el ruido que puede producir una lavadora, o una batidora, o un despertador con alto volumen. Por otro lado, la sirena de vehículos de emergencia, o el ruido producido en un embotellamiento puede alcanzar los 90 decibeles".
Revisa el proyecto completo acá:
03/06/2021
10:08
