"Mis hijas fueron abusadas. Lo que nos pasa es que el tipo vive al frente".
Así parte su relato Geraldine Bravo, quien el 3 de diciembre de 2018, cerca de las 16:00 horas, dice que encontró a sus dos hijas de 3 y 6 años siendo abusadas sexualmente por un hombre, quien sería su vecino, Hector Ramírez Vilches.
"El tipo las tenía en un sillón negro en forma de trencito. Él estaba agachado y tenía un cigarro en la mano y les hacia tocaciones y le daba besos a mi hija", recordó la mujer sobre el sujeto que fue formalizado por el delito en agosto del 2019.
Ese día dejó a las niñas al cuidado de la bisabuela. Según su versión, una vecina se habría llevado a las pequeñas sin su consentimiento cuando ella fue al baño. Cuando Geraldine regresó, las fue a buscar a la casa donde vive Ramírez y su pareja. "Le dije '¿qué está haciendo?' y me dice 'yo, nada' y se paró como asustado y estaba fumando", detalló la madre.
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Geraldine conocía a Héctor y su pareja. Pero comenzó a desconfiar de él porque "siempre le regalaba dulces a mi hija, le regalaba calzones, peluches, le regalaba muñecas".
"Es duro, porque a veces me echo la culpa. Por qué no las protegí o por qué no llegue a tiempo", lamenta la denunciante, quien dice que sus hijas le contaron detalles de las tocaciones que el hombre les habría realizado. Los informes policiales y psicológicos constataron el abuso sexual.
La investigación ya cumplió un año en la Fiscalía de Colina, pero la familia de las niñas desconfía de la labor de la justicia. Pedro Bravo, padre de Geraldine y abuelo de las niñas, declaró que "somos una familia humilde y no nos toma en cuenta la justicia. Si tuviéramos plata sería otra cosa".
Sienten que los tribunales no han respondido con diligencia. En enero de este año, dictaron un orden de alejamiento y arresto domiciliario para el presunto abusador, pero como vive en el mismo pasaje, Geraldine aseguró que "las niñas han tenido pesadillas y no quieren salir por miedo de que este tipo las vuelva a lastimar".
Amenazas y golpes
Dos días después del arresto domiciliario del formalizado, la familia dice haber recibido amenazas del entorno del imputado para que desista de la denuncia. "Me mandaron matones, me pegaron, tenía rasguños en el brazo, me pegaron en la guata", narró.
El abogado querellante, Diego Vergara, manifestó que "han sido hechos de violencia con personas que han mostrado armas de fuego y han señalado expresa y claramente que si declaran los van a matar y eso los tiene sumidos en un temor que les impide ir a juicio".
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Un grupo de mujeres realizó una manifestación frente a la casa de Héctor Vilches en julio de este año. Cerca de 10 minutos después, cercanos a Héctor habrían ido hasta la casa de Geraldine con el objetivo de amenazarlas. En un video presentado como evidencia se aprecia a una persona que grita que "salgan ahora, no te creí chora, ahora me va a tocar a mí , les voy a pegar yo, para que lloren".
Un testigo, cuya identidad permanece resguardada, indica que a la familia denunciante les tiraron piedras, rompieron su portón y los amenazaron. La propia Geraldine dice que las personas llegaron con "palos, pistolas, destruyeron todo, se metieron con una camioneta".
Debido al riesgo que corría la familia, la Fiscalía solicitó la prisión preventiva de Héctor Ramírez, lo que fue concedido, por lo que se encuentra en la cárcel desde el 18 de agosto. Su defensa sostiene que el video no demuestra que el presunto abusador haya participado de los actos de amedrentamiento y reafirma su inocencia.
El abogado Vergara detalló que "es claro que a una familia, desde que comenzó este proceso, le cambió la vida. Ya no es solo el proceso de abuso sexual, es la escalada de violencia que vienen sufriendo".
26/08/2020
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