Este 11 de enero se cumplen 10 años desde la inauguración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el cual tiene como objetivo poner a disposición de las personas los recuerdos quienes vivieron la dictadura militar.
Desde sus inicios, el espacio ha estado destinado a la visibilización de la violación a los derechos humanos ocurridos durante ese periodo de la historia chilena, sin embargo, con el tiempo ha entregado espacios a otros sucesos, como "Memorias Indígenas" en el 2018, el "Derecho Humano a ser Migrante" en el 2019 y "El deber de recordar, El derecho a la memoria", en 2020.
A través de distintas plataformas, tanto audiovisuales como escritas, el recinto da una muestra de lo ocurrido en Chile hace 47 años.
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“Este es el corazón del museo, es la parte, que yo diría, emocionalmente más impactante, ustedes pueden ver la fotografías de detenidos desaparecidos y ejecutados durante el tiempo de dictadura, 3.225 personas”, dice Francisco Estévez, director del espacio.
Asimismo, los pasillos de la exposición muestran la transición de hitos que marcaron la historia del país. “En esta parte del museo se muestran estos hechos represivos, como también lo que respecta a la libertad de prensa (...) la revista Cauce no podía sacar ninguna fotografía en portada, estaba prohibido”, relata Estévez.
“Llegamos a un punto que es muy decisivo, porque es el momento en donde se va a definir, en torno al plebiscito de 1988, si el país continúa en un régimen autoritario o se abre a una democracia”, rememora.
Bajo la dirección de Francisco Estévez, el museo decidió tener cada año una temática diferente sobre los actores que han sido invisibilizados por la historia, como los pueblos indígenas y los migrantes.
“Acá ustedes se encuentran con una sección que se llama 'Más que nunca' y hay rostros que son de distintas comunidades originarias que dan sus testimonios”, detalla Estévez.
Con respecto a la migración, el director del espacio es enfático en señalar que "el derecho humano a ser migrantes nos obliga a nosotros como país a respetar las memorias de ellos, sus historias, pero también hacernos cargo de su inserción en un país que necesita entender que es diverso y pluricultural”.
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En tanto, tras el estallido social del 18 de octubre del 2019, la galería colgó un lienzo con 875 ojos bordados por mujeres.
"Claramente es un símbolo artístico y también de denuncia de lo que ha ocurrido desde el 18 de octubre (...) nosotros no podemos ser indiferentes cuando se violentan los derechos humanos", aclara Estévez.
“El museo tiene la responsabilidad de ir educando permanentemente los valores de la democracia y los derechos humanos, acá lo que sucede es un diálogo entre las memorias de antes y las de hoy (...) para contar lo que sucedió, para que nunca más”, finaliza el director del recinto.
11/01/2020
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