El tiempo para Patricio González en Irak se acaba y aún no hay señales de que sus nietos huérfanos que se encuentran en un centro de refugiados de Siria puedan volver a sus brazos.
Cruzada que comenzó cuando supo que Amanda, su hija, se había enrolado en el ISIS junto a su esposo sueco, tal como recuerda en una entrevista exclusiva de un equipo de CHV Noticias que viajó hasta la ciudad de Erbil.
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"Ella tenía una visión muy idealiza de lo que era el ISIS, simplemente creía que venían a proteger a los musulmanes que estaban siendo asesinados", comentó el abuelo de 50 años.
En la misma línea recordó que todo partió cuando su hija se comenzó a aprender versos del Corán para recitarlos en árabe, "luego ella al aprenderlos quiso entender qué significaban".
Así surgió el interés por Amanda por el Islam, inquietudes religiosas que se acrecentaron cuando contrajo matrimonio con el sueco Michael Skråmo, quien, según Patricio, "se hizo conocido en Suecia porque fue el vocero de la parte sueca que incentivaba a los jóvenes a ser parte del ISIS".
Es así como un día, su hija le contó que planeaban realizar un viaje a Turquía, la mentira perfecta para cumplir sus deseos de ir a vivir a Siria para unirse al Estados Islámico con su marido y sus tres niños. El mismo grupo que se adjudicó la cadena de atentados que dejaron a más de 300 muertos en Sri Lanka.
"Traté de convencerla de que lo que hizo no era correcto, que lo pensara, que por favor recapacitara y que dejara que los niños se vinieran", añadió González.
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El último mail que recibió de su hija fue el 30 de diciembre del 2018, donde le contaba que estaban pasando hambre. "Sabemos que el rol de ella fue prácticamente de madre, año tras año quedaba embaraza. Estuvo 4 años en Siria y tuvo tres hijos".
El resto de la historia ya es conocida. Amanda y su pareja fallecieron como militantes del grupo de terroristas dejando huérfanos a 7 niños que están refugiados y que el gobierno sueco está intentando rescatar para juntarlos con Patricio.
Es por eso que las organizaciones y la misma cancillería sueca están tratando el tema de una forma pausada y lenta, ya que para las personas que han sufrido los ataques del EI son heridas muy recientes que están lejos de cerrarse.
Así lo comenta Ibrahim, habitante de Mosul, una ciudad al norte de Irak que ha sufrido en carne propia gran parte del poder del ISIS.
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"Al principio nos respetaba, en especial a los mayores, pero con el tiempo se transformaron en algo distinto. Se transformaron en caníbales. Nos castigaban por todo, incluso si fumábamos", comenta el hombre en conversación con el mismo equipó se encuentra en Irak.
Y detalla que "no estaba permitido consumir cigarrillos y alcohol, que las mujeres usen maquillaje, pero ellos tenían todo eso".
En la misma línea describe la situación Ghaaliya, una mujer que aún vive en Mosul tras perderlo todo. "Se rieron de todos con una falsa imagen de la religión, se rieron de los jóvenes, de las mujeres, usando el nombre del islam. Era una farsa del islam, no era el real".
Finalmente, Qasim, un veterano que ha visto el horror con sus propios ojos en la ciudad cuando en 2014 el EI se apoderó del territorio, asegura que "los hijos de los combatientes del ISIS suelen convertirse también en terroristas".
Algo que Patricio si bien no comparte, sí comprende, ya que es consciente de que por mucho que los niños sean inocentes, de cierta manera están pagando por culpa de sus padres.
"Si eres parte de una organización, por muy poco o mucho que hayas hecho, de alguna manera eres participe de eso. Ella (Amanda) terminó pagando con su vida", zanjó.
Revisa el reportaje completo en el video adjunto.
23/04/2019
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