Cárceles al límite, primera parte: Una bomba de tiempo a punto de estallar

Este lunes se estrenó la primera de tres partes de un extenso reportaje de CHV Noticias sobre la crisis del sistema penitenciario chileno. Sólo a comienzos del año pasado hubo incidentes en tres recintos, con motines, incendios e intentos de fuga.

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Por Macarena Pizarro
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Las cárceles son un eslabón clave en la lucha contra el crimen organizado. ¿Cómo es convivir con aquello que la sociedad recluye para resguardarse del peligro? Realizamos una incursión al encierro, al mundo de los victimarios y sus custodios. ¿Es posible rehabilitar en un modelo en crisis, tensionado por el hacinamiento y la escasa infraestructura que soporta una batalla permanente? En marzo de 2020 estalló una revuelta carcelaria en el Centro de Detención Preventiva Santiago 1. «Fue un intento de fuga masiva, que posteriormente cuando se frustró derivó en un motín generalizado de parte de la unidad. Nuestro equipo tuvo que intervenir porque teníamos manejo de inteligencia de que iba a ocurrir esta situación», relató el cabo primero Daniel Salinas, del Grupo Especial Antimotines de Gendarmería. Dicho penal alberga a quienes se encuentran en prisión preventiva a la espera de ser juzgados por un tribunal. Ellos no son reos rematados, como los reclusos del CDP de Puente Alto, internos que ya fueron condenados a presidio por un tribunal y que se amotinaron al mes siguiente. Era la segunda de las tres revueltas carcelarias que marcaron el inicio el año en medio de la pandemia. «Una fue el intento de fuga masiva con un posterior motín en el CDP Santiago 1, una toma de rehenes de 5 funcionarios en el CDP de Puente Alto y un motín con incendio en el CCP de Colina 1», cuenta Salinas.

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