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Retiros espirituales y hasta un búnker: Las excentricidades de los chilenos que esperaron el fin del mundo (y no llegó)

La historia de una familia holandesa, que llevaba 9 años esperando el fin del mundo viviendo en un sótano, hizo recordar al 2012, cuando varios chilenos también se prepararon para un posible fin de la humanidad.

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Por Ítalo Zúñiga
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Kits de supervivencia, retiros espirituales y acumulación de botellas de agua. Eso en el 2012 eran temas recurrentes en la calle, en las casas, diarios y televisión. El presunto fin de mundo aparecía como una posibilidad de la que se hablaba constantemente.

El humorista Lucho Arenas jr. se volvió más famoso a fin de 2012. Mostró las cerca de 500 botellas de agua que tenía guardadas en su casa, pensando en una posible catástrofe que se generara el 21 de diciembre. Día en el que según un calendario maya se acababa el mundo.

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«Botella que se desocupaba, se guardaba y se llenaba con agua. Pueden ser muy útiles, por eso que empezamos a guardarlas. Por que uno nunca está bien preparado. No se sabe a lo que nos podemos enfrentar» contaba en 2012 Lucho Arenas a CHV Noticias. En 2013 aseguraba estar arrepentido por lo que hizo. Sobre todo por la lluvia de bromas en redes sociales que recibió. Usó el agua para regar las plantas, contó.

Pero no fue el único, en Olmué una empresaria decidió construir su propio búnker ante el asombro de sus vecinos. Terminó teniendo problemas económicos y la propiedad salió a remate en 400 millones. Es que además del búnker la vivienda contaba con una casa repleta de medidas de seguridad.

«Tiene ventanales anti-vandalismos. Puertas de seguridad. Está construida con lo más exquisito posible. Por ejemplo, tiene baños con piedras preciosas» contaba el abogado Álex Cortés en 2018.

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Además fueron varios los emprendimientos que ofrecían mochilas equipadas con todo para resistir a una catástrofe natural. Incluían desde mascarillas y agua, hasta cicatrizante rápido de heridas y comida a base de legumbres y miel, cuya porción podía servir para dos días si se mezclaba con agua.

Evidentemente ese 21 de diciembre de 2012 nada pasó. Algunos optaron por ir a misa esa jornada, mientras la mayoría realizó su vida normal. Varios eso sí debieron enfrentar las bromas de sus conocidos. Sobre todo los que abiertamente se habían preparado para el fin de los tiempos.

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