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De «4 Babys» a «Not Steady»: ¿Son todas las letras del trap y reggaetón machistas?

¿Cómo responde el trap y el reggaetón al feminismo? Dicho género ha estado en la mira de movimientos sociales por considerar muchas de sus letras violentas hacia la mujer. Un reciente estudio publicado por la Revista de Sociología de la Universidad de Chile determinó que el 85% de las canciones más populares contenían algún tipo de violencia hacia ellas.

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Por Julio Sánchez
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En primer plano está Maluma. Manos en los bolsillos, jeans negros, camisa blanca abierta hasta el pecho, pelo extremadamente corto. Al fondo, casi fuera de foco, cuatro atractivas mujeres en traje de baño, usando todas chaquetas blancas y sombreros negros, dos de ellas junto a un bar. Lo miran, mientras el artista canta a la cámara: “No sé qué hacer, no sé con cuál quedarme”.

La grabación ocurre a fines del año 2015, pero su lanzamiento sería hacia 2016. Así comienza 4 babys, canción que reflotó críticas de algunas letras de reggaetón y trap, las que han llegado a ser consideradas como misóginas, machistas y sexistas.

La primera se desespera, se encojona si se lo hecho afuera, la segunda tiene la funda, y me paga pa’ que se lo hunda”, dice en una de sus estrofas.

“¿Cuándo tú grabaste 4 babys esperabas tanta controversia?”, le preguntó en el año 2017 el periodista dominicano Tony Drandades a Maluma. Momento en que el artista se paró y se fue. No quiso responder. Una muestra de que el debate le incomoda.

El cantante incluso ha sido rechazado por Selena Gómez, a quien le consultaron por la posibilidad de grabar en dúo con el reggaetonero colombiano, a lo que ella respondió que “las mujeres son algo muy importante para mí. Así que diré que no importe lo que haga, siempre me aseguraré de que las mujeres estén bien cuidadas”.

15% no machista

Uno de los responsables por poner sobre la mesa esta discusión fueron los movimientos sociales, principalmente feministas. Y el análisis no requiere de mucha especificidad. Por ejemplo, en los videoclips de muchas canciones de este género se posiciona a la mujer, principalmente, con poca ropa, rodeando al artista protagonista.

“Cuando se presenta a la figura femenina solamente como un objeto para la satisfacción sexual de la figura masculina se está cosificando. Y cualquier tipo de cosificación hacia la mujer es violencia, es violencia simbólica”, explica Karina Arévalo, estudiante de sociología de la Universidad de Chile.

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Ella, junto a un grupo de compañeras, realizaron un estudio publicado el año pasado por la revista de sociología de dicha casa de estudios. En su trabajo analizaron las 70 canciones más populares del reggaetón según la revista Billboard entre los años 2004 y 2017.

Arévalo explica que decidieron clasificar la violencia en 5 tipos: “La violencia física, psicológica, simbólica, económica y sexual. Del total de las canciones analizadas, sólo un 15% no presentó ningún tipo de violencia”. Entre los músicos evaluados de este género está Daddy Yankee, Nicky Jam y J. Balvin.

Sin problemas cuando “hay consentimiento”

Mari Almazabar es chilena y cantante de trap conocida como Blue Mary, además de locutora en Radio Carolina. Su perspectiva respecto a esta polémica es diferente.

“De ver a una mujer con poca ropa, si es con su consentimiento, no me molesta para nada. Para mí, la cosificación es si estás vendiendo una cerveza y pones a una mina al lado, en pelota, eso no tiene nada que ver”, expone.

Emiliana de Lara (19 años) está comenzando su carrera en este género urbano. Para ella, no se debe estigmatizar el estilo musical, sino a los cantantes específicos que tienen contenidos que pueden resultar ofensivos en sus letras.

En todos los géneros musicales existe machismo. Y por ejemplo, hay letras que quieren ver a las mujeres en una tumba. Y hay canciones rancheras que lo dicen, de merengue, y nadie le pone atención a eso”, añadió.

Tanto Mari Almazabar como Emiliana se consideran feministas y sostienen que muchas veces se genera una confusión en lo que es una letra sexualmente explícita, respecto de otras que pueden ser derechamente violentas hacia la mujer.

June García es autora del libro Tan bonita y tan solita, que entrega una perspectiva feminista a través del retrato de la historia de Julieta, una mujer que se enfrenta a lo cotidiano-machista del día a día en la sociedad chilena.

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Respecto a la discusión dice que “el reggaetón lo que hace es ser súper explícito, el reggaetón es súper sexual, habla de sexo. Pero hablar de sexo, ser explícito, no es violencia, no necesariamente es violencia”.

Empoderadas

Mari Almazabar agrega que, normalmente, la sociedad se espanta cuando se habla de sexo. Dice que no se puede encasillar a alguien por el estilo de música que escucha.

La cantante y locutora radial cuenta que “a mí me han dicho ‘tú, que eres feminista, cómo puedes bailar Anuel AA, o escuchar y bailar a Bad Bunny’. Yo les digo, ‘oye, yo no te digo a ti que tú eres violador porque estás viendo una película de violación. No te digo que eres asesino, porque estás leyendo un libro de asesinatos’”.

Algo similar sostiene Tommy Boysen, exponente de este género en Chile, único nacional en ganar un disco de oro interpretando música urbana. “La música es libre expresión. Uno habla de lo que siente, de lo que vive, de lo que quiere hablar. Y a nadie lo obligan a escuchar esta música ni esta otra”, dice.

Sus canciones tienen millones de reproducciones en Spotify y Youtube. En su último éxito, la canción llamada El Papi, quiso hacer un cambio en cómo se miraba a la mujer. “Traté de mostrarla bien empoderada, no sumisa como generalmente se ve, por lo que he visto que reclaman con los videos de reggaetón”, detalla.

La letra de esa canción dice lo siguiente: “Le pongo a rebotar ese culito, shake shake, si chingar pa’ mi es un tema, contigo hago un mixtape, la nena de papi quiere to’ de gratis, conmigo no te sale, mami bajate el pantie”.

Durante el último tiempo se ha sumado una gran presencia de mujeres en estos estilos musicales, donde efectivamente ellas han tomado el protagonismo, como Paloma Mami, Tomasa del Real o Becky G.

Lo anterior, “ha logrado romper el paradigma. Lo que han hecho es decir ‘yo soy reggaetonera y quiero hablar de mi deseo, quiero ser una persona deseable y me expongo yo misma, pero soy yo quien decide sobre eso’. Esa es la diferencia, que ellas no vienen a ser un accesorio, sino que son el elemento principal”, explica la escritora June García.

Lo anterior, suma una nueva capa de profundidad a este debate que viene desde hace unos años y que sigue instalado en la discusión social.

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