Dijeron que no estaban realizando una fiesta, pero cuando los fiscalizadores entraron al departamento, encontraron a varias personas escondidas, con vaso en mano, dispersas en el lugar.
Los inspectores de la Seremi de Salud recibieron un llamado por una presunta fiesta que se realizaba en el recinto de un exclusivo sector residencial la madrugada del domingo 12. Cuando tocaron la puerta, dos personas los recibieron con las luces apagadas. Todo se encontraba en silencio.
Al consultarles del motivo por el que estaba a oscuras, aseguraron no tener servicio eléctrico y estar solos. Pero bastó con que el inspector se asomara al balcón del departamento para encontrar una tercera persona, la primera de las seis que en total se escondían.
Ante esto, una escalera que da a un piso superior llamó la atención de los inspectores. Al subir, hallaron al resto del grupo. De mascarillas y distancia social, nada. Momento en el que se les solicitó a cada uno el carnet.
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Cristóbal Zenteno, inspector de la Seremi de Salud, comentó que "al interior del departamento habían 8 personas, solo una era propietario".
Si bien desde un comienzo las personas que estaban en el departamento no prestaban toda la colaboración, las cosas con el pasar de los minutos se fueron poniendo más tensas: no querían entregar los documentos y desconocieron que estaban rompiendo la cuarentena.
Y no solo eso, sino que preguntaron el motivo por el que los inspectores se encontraban en el recinto y pedían la llegada de carabineros, todo porque, según ellos, los inspectores no tenían que haber subido. Incluso, en medio de toda esta discusión, una pareja intentó irse a su departamento. ¿La excusa? No tenían mascarillas.
"Alegaban que todos eran residentes en la misma comunidad y que por eso podían compartir en el mismo departamento", añadió Zenteno. Finalmente, se terminaron cursando sumarios sanitarios a todos los participantes.
14/07/2020
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