Trabajar 4 días y estar 10 en cuarentena: La fórmula de Israel para enfrentar crisis económica de la pandemia
Parte de los desafíos de esta pandemia es encontrar la forma más segura de volver a a vida laboral. Israel propone un sistema para reabrir la economía, uno en que se combinan las cuarentenas y días activos.
Detrás de la muerte y el contagio producto del COVID-19 asecha la otra amenaza que ha provocado la pandemia: la crisis económica que ya empieza a mostrar sus efectos.
El SARS-CoV-2 ha expuesto una pobreza escondida en las calles de muchos países, entre ellos Chile, cuyos índices de desigualdad, pobreza y desempleo han manifestado la situación de vulnerabilidad en la que viven de miles de familias.
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Es por eso que la conversación sobre la reactivación económica está tomándose ministerios y universidades en todo el mundo. Sobre esta interrogante, en Israel plantean una propuesta.
La fórmula sería así: las personas están en cuarentena 10 días y los siguientes cuatro vuelven a sus actividades, ya sea en el trabajo o a estudiar.
En caso de contagio, los síntomas aparecerían al séptimo día, justo cuando esté en cuarentena. Así, tendría la mayor carga viral encerrado y sin exposición, evitando de esta forma la propagación del virus.
La idea es atacar “el punto débil” del virus e impedir que encuentre un nuevo huésped para alojarse y así lograr la menor tasa de reproducción posible. Esto, con el objetivo de que se pueda ir deteniendo el contagio.
Pedro Gajardo, académico del departamento de Matemáticas de la Universidad Técnica Federico Santa María, apunta que “es interesante, ya que de esta forma permite que la actividad laboral y económica de una ciudad, no paralice al mismo tiempo“.
En tanto que Roberto Contreras, economista de la UTEM, sostuvo que “cada una de estas alternativas hay que pensarlas y evaluarlas en función de cada momento y realidad local. En el caso nuestro, el escenario que vamos a tener es que va a estar conviviendo el coronavirus con otras enfermedades respiratorias“.
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Por su parte, Paulina Martínez, epidemióloga de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, agregó que “hay que aumentar el testeo. Hacer una vigilancia activa, no sólo pasiva de casos asintomaticos, sino que un seguimiento a todos los casos. Tomar los determinantes sociales de salud, especialmente el hacinamiento, pobreza, la falta de trabajo”.
Esta y otras alternativas ya están siendo estudiadas por otros países y por supuesto la pregunta es si en Chile sería posible considerando la dificultad que tienen los sectores más vulnerables para cumplir la cuarentena.
Al respecto, Gajardo acotó que “si este tipo de estrategias se puede implementar en Chile, no lo veo tan simple. De partida porque el estudio señala que este tipo de estrategia se debería comenzar a aplicar una vez que las cuarentenas previas logren estabilizar el número de casos críticos“.
Sobre lo mismo, Raynier Hernández, académico de la Escuela de Trabaio Social de la UTEM, indicó que “es importante señalar que en muchos de estos territorios, antes de los 10 días, ya sus ciudadanos manifestaban tener problemas al acceder en alimentación y servicios básicos”.
