«No voy a limosnear»: Fotógrafo amateur entrega direcciones por $200 en el centro de Santiago por falta de trabajo
Edgard Faúndez llega al centro a las diez de la mañana con un cartel, donde ofrece información. Lo que más preguntan dice son direcciones de edificios, ministerios y bancos.
Edgar Faúndez es un ex fotógrafo amateur que hace tres semanas decidió salir a la calle con un cartel que dice «doy información de lo que busque por una colaboración de $200«.
Con su cámara recorrió todo Santiago hasta conocerlo al detalle. Ubica direcciones de ministerios, edificios importantes y cómo llegar a diferentes comunas.
Lee también: Encontraron a tercera persona desaparecida y descartan nuevas víctimas por derrumbe en Valparaíso
Conocimiento que decidió poner en práctica para ganar algo de dinero, mientras se compone el trabajo de los eventos y las fotografías.
«Yo me dedico a la fotografía hace muchos años y en el invierno el trabajo es lento, se vende poco y por eso me dedico a dar información«, comenta.
Una forma de ganarse la vida que los transeúntes agradecen. «En Caracas, Venezuela, yo daba direcciones tal cual como él, a mis amigos, a mis familiares y era de gran ayuda y él es de gran ayuda«, añade Wendy Linares.
Edgard considera lo que hace como un servicio de utilidad publica que la comunidad agradece. «Si necesita realizar una diligencia en el centro, usted conoce el centro, pero no se acuerda si está en esa calle o lo cambiaron. Lo que más doy es direcciones de edificios públicos, ministerios, servicios de impuestos internos«, detalla.
Lee también: El manifiesto de estrella de Disney que posó sin sostén en Instagram para empoderar a las mujeres
Para todos, dice, hay una sonrisa y explicación completa a quien la solicita. «Si tengo necesidad no voy a ir a robar, no voy a limosnear tengo que sacarle provecho a lo que yo sé«, precisó.
«Yo también tengo la voluntad de darle información a una persona, por ejemplo, que anda buscando trabajo, si necesita información, que no me de doscientos pesos«, agrega Edgar.
Para los locatarios del sector, su presencia les aliviana el trabajo, porque la demanda por direcciones es habitual y constante. «Fue una gran idea la que tuvo él porque en la mañana uno está atendiendo y la gente necesita información«, acotó Astrid Borges, comerciante de calle Teatinos.
Los transeúntes se detienen a observar su letrero y tras pedir alguna dirección agradecen el servicio.
Es una especie de centro de informaciones que está en contacto con la gente desde las diez de la mañana hasta las dos de la tarde, cuando cierran los servicios públicos y las personas dejan de hacer trámites, para los que requieran alguna dirección.
Edgar reúne entre $5 mil y $7 mil al día. Dinero que le ayuda a subsistir y además le permite realizar algo que le gusta: ayudar a los transeúntes que necesitan información.
Eso sí, advierte que sólo trabajará en esto por unos meses más, cuando la fotografía vuelva a tomar impulso con las ceremonias de fin de año.
