Esta domingo las víctimas fatales del coronavirus en Chile sobrepasaron las mil, sin embargo, cada una de esas pérdidas es una historia, un legado y una familia que lamenta un vacío irreparable. Un equipo de CHV Noticias habló con sus familiares para rescatar esos testimonios.
"Mi padre para mí era todo. Grande. Era un viejo bacán, todo el mundo lo quería", recuerda la hija de Juvenal Gallego Gallego, maestro de la construcción y carnicero, quien tenía 88 años cuando murió el pasado 28 de mayo.
"Luchaba por todo, nos enseñaba valores, agradecida de él y de todo lo que me entregó: valores. La vida nos puso en este difícil momento que está pasando el mundo. Un golpe muy grande como hija que no sé cómo voy a sobrevivir. Me va a costar mucho, porque yo amaba mucho a mi padre", agrega.
Como una persona introvertida. Así rememora su hija a José "Pepe" Tapia, el humorista de 78 años que falleció el 27 de mayo. "Chistoso cuando se prendían las luces, era sensato, humilde, muy trabajador, amigo de sus amigos, papá de familia, preocupado, sibarita, bueno para el asado y para el vino tinto, gozador. Nos enseñó a mi hermana y a mí a conseguir nuestros objetivos y a tener humildad, responsabilidad y cariño por lo que uno hace", afirma.
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De profesión mecánico y de pasión bombero. Así describe su hijo a Hugo Benedetti Molina, mecánico, quien tenía 89 años cuando murió el 15 de abril. "Mi padre era muy querido, le decíamos el "Tío Hugo", como lo conocía todo Chillán. Muy culto, muy caballero, muy correcto", asegura.
"Mi padre fue un ángel para mí, para mis hijos y para mi familia. Se destacaba por lo pícaro, cambiaba los nombres y causaba risa entre sus nietos. Su locura va a ser recordaba a través de ellos y de mucha gente de Cunco, que lo conoció por su forma de ser: humilde, trabajador, empeñoso, amante de la tierra, porque le gustaba tener muchos animalitos para cuidar. Era amante de los perritos, siempre llegaba con uno a la casa", recuerda la hija del campesino José la Cruz Castro Yéñez, "Huaso Castro", quien falleció a los 97 años el pasado 2 de abril.
"Lo único que puedo decir: 'amen a sus padres en vida y demuéstrenles el cariño'", enfatiza.
"Era un buen padre, un buen esposo, enamorado de mi mamá hasta su ultimo día. Era una persona de muy buen humor, bueno para la talla, positivo, emprendedor. Tuvo varios buses y mucha gente fue su chofer o ayudante y tienen muchos buenos recuerdos. Mi papá es una persona muy humana, fanático a morir del fútbol, le gustaba Colo Colo", revive la hija del empresario de buses Carlos Espinoza Aiza, quien murió el 17 de mayo a los 74 años.
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Daniel Aqueveque era administrador de funeraria y tenía 36 años cuando falleció el 16 de abril. Hoy, su esposa la recuerda. "Como esposo era maravilloso, era de esos hombres que yo creo que ya no quedan. De esos que te abren la puerta, que te regalan flores, que te escriben y son muy preocupados. Se preocupaba del mas mínimo detalle de su casa. Una persona maravillosa, un hombre increíble", rememora.
Por otro lado, su padre afirma que "me dejó a mi nieto y una hija adoptiva que es mi nuera". Mientras, uno de sus ex compañeros lo recuerda por su voluntariado en Bomberos: "Fue amante de su trabajo, de su familia y de la institución".
"Le encantaba vestirse bien", dice el hijo de Ricardo Notari Choppelo, quien murió a los 71 años el 15 de mayo. "El tema de la hípica marca profundamente nuestra familia, porque estuvimos ligados a los caballos desde la niñez y él toda su vida. Se levantaba y tenía a sus caballos al lado", recuerda.
Como un hijo de Dios rememora a su esposo la pareja de Lionel Lagos Arriagada un vendedor de 58 años que falleció el 14 de mayo. "Él siempre fue el amor de mi vida. Su mayor pasión: el fútbol, luego reemplazó esa pasión cuando conoció a Dios. Su mayor característica era el amor al prójimo, ser empático con el dolor de quien estaba a su lado", asegura.
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"Mi mamá era la mejor del mundo", indica el hijo de Irma Cárcamo Cárcamo, una dueña de casa que falleció el 13 de abril a los 75 años. "Era sacrificada, esforzada, siempre trató de entregar lo mejor de sí, siempre colaboró mucho con muchas instituciones. Muy amiga de sus amigas, muy activa. Pese a su edad, practicaba deporte tres veces a la semana y los fines de semana tenía sus partidos. Estudiaba incluso", recuerda.
"Me dejó muchas enseñanzas. Una de las principales es la perseverancia. No vivimos con eso de que no le dijimos a mi madre que la amaba. La única cosa pendiente que tengo es poder ir a despedirme de ella en su tumba, que todavía no he podido ir", lamenta.
Patricia Sarria Cortés, falleció el 29 de mayo a los 56 años, pero esta secretaria siempre será recordada por su familia como "La Loquilla" o "La Loca Pati". "Era espontánea y bastante alegre, más de lo normal, diríamos en la familia. Era la que normalmente motivaba a la familia, la elevaba con su buen ánimo. Vivía preocupada de que las personas no sufrieran", relata uno de sus familiares.
"Mi hermano trabajaba mucho para poder lograr lo que quería. Lo logró todo, con esfuerzo. Mi hermano era grande", dice acerca de Mario Leiva Hernández, un profesor de acondicionamiento físico que murió a los 52 años el pasado 17 de mayo. "Desde que se fue, no lo vimos más, Lo entregaron en un ataúd y eso fue", lamenta.
31/05/2020
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