Riesgo sanitario o una salida a la crisis: La compleja situación que se vive en los malls chinos
Precios bajos y una gran variedad son las características que hacen a estos locales como una gran oportunidad para los emprendedores que buscan enfrentar la crisis con la venta de productos. Sin embargo, las aglomeraciones que se viven día a día convierten al sector en una zona de alto riesgo de contagios. A la vez, el escenario actual ha afectado a los mismos comerciantes asiáticos, algunos de los cuales ya evalúan irse de Chile.
El 17 de agosto pasado, las puertas del Mall Chino de Santiago volvieron abrir tras meses de inactividad, producto de las medidas sanitarias por la pandemia. Desde aquel día, las aglomeraciones que son habituales en este sector se hicieron presentes nuevamente, esta vez con el miedo a que se produzcan posibles contagios de COVID-19.
El problema se fue repitiendo en otros recintos, a pesar de la presencia de las autoridades sanitarias y los operativos en los que se han cursado multas y cerrando locales. Se trata de una situación compleja: un riesgo sanitario, pero a la vez, una salida a la crisis económica.
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«Hay una necesidad de la gente de comprar productos y ir a venderlos a las ferias libres. Y por eso se producen estas aglomeraciones, y nosotros, los comerciantes chinos, no podemos hacer mucho porque estas aglomeraciones se están produciendo en la calle. Hay una sobre demanda, todo el mundo quiere comprar«, explica Alex Luo, vocero de la comunidad china en el país.
Los mall chinos se han multiplicado en el gran Santiago. Varios de estos se encuentran entre los metros Unión Latinoamericana y Estación Central, y se han convertido en una opción para los comerciantes minoristas que buscan salir de la crisis revendiendo los productos chinos en sus barrios.
«La gente viene a abastecerse de productos, no viene a vitrinear. Pese a que hay mucha competencia, es barato, comparado con el retail», reconoce Luo.
Nancy Gutiérrez, una comerciante que fue a abastecerse al mall chino asegura que «hay que estar súper temprano y hacer todas estas filas. Llegué antes de las 09:00 acá. Vengo a comprar ropita de niña para vender». Aunque asegura sentir miedo ante la posibilidad de contraer el virus, señala que «hay que trabajar porque yo soy una persona sola, vivo sola».
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La preocupación y el riesgo es menor a la necesidad de abastecerse y generar algún ingreso. Un círculo peligroso, que ha tenido a gran parte de la población envuelta en esa disyuntiva.
Aunque muchos locales cuentan con medidas propias de sanitización, como la toma de temperatura, alcohol gel y distancia social, según estima el vocero de la comunidad china se requiere que las autoridades hagan algo al respecto. «Yo creo que la autoridad tiene que hacer algo para que pueda ayudar a los comerciantes y a la misma gente que compre. Nosotros no podemos hacer nada», dijo.
Por su parte, Jia Chao, comerciante chino, afirma que «hay preocupación. Adentro de los locales están bien pero afuera del local no sabemos si hay gente que viene de comunas en cuarentena, o que estén contagiados asintomáticos, y como no hay esa fiscalización, no podemos saber. Solamente hay que atender y estamos corriendo el riesgo».
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Hace algunos años, la irrupción de los mall chinos en el país significó una competencia importante para los nacionales quienes por años llevaban insertos en este rubro. Sin embargo, la gran competencia derivó en un aumento de los precios para arrendar locales. Esto podría explicar en parte que varios de ellos han desafiado a la autoridad y han abierto sus locales en comunas que aún están en cuarentena.
«Esta crisis nos ha golpeado mucho porque la deuda nos está comiendo. No sabemos qué hacer y hay muchos chinos paisanos que está vendiendo lo que hay para irse de Chile, quiere migrar», asegura Alex.
Una crisis en la que todos se han visto afectados. Crisis económica y sanitaria que en los populares malls chinos, también se vive.
