Las diversas realidades de las comunidades mapuche cruzadas por el conflicto
Dos familias de las regiones del Biobío y La Araucanía han tenido experiencias distintas con el Estado de Chile: mientras una ve en Carabineros una protección, otra acusa una violenta represión de parte de los efectivos.
El conflicto en la macro zona sur del país hoy tiene a unas comunidades mapuche buscando alcanzar una reivindicación de territorios ancestrales, mientras otras intentan realizar su vida como chilenas.
Estas diferencias fueron evidenciadas por un equipo de CHV Noticias, luego de conocer las historias de dos familias con ascendencia mapuche: una vive con resguardo policial en su casa y la otra acusa represión de parte de Carabineros de Chile.
En las cercanías de Contulmo, región del Biobío, viven Juan Manuel Raiman y Camilo Raiman. “Somos parte de la familia ya”, comenta un efectivo que hace de guardia en el perímetro. “Sabemos que sí disparan para acá, ellos van a salir al tiro a defendernos“, dice por su parte Camilo.
“Son los psicólogos de nosotros. Se han portado un siete con nosotros. Son lo que nos ha sacado adelante en este momento”, manifiesta entre sollozos Gladys Leviqueo.
La presencia de carabineros en la casa de los Raiman tiene su origen el 29 de diciembre de 2019, cuando Juan Manuel y Camilo fueron sorprendidos en su camping “Playa Brava” por sujetos provistos de machetes y armas de fuego. Cuarenta personas habrían llegado al lugar.
“No ingresaron ni siquiera a dialogar, solamente a matar. Llegaron disparando. Eran 40 contra 3“, relata Juan sobre la muerte de Eliodoro Raiman, su abuelo.
Hoy son seis los formalizados por el crimen de “don Elio”; todos de ascendencia mapuche.
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“No ha habido justicia”
Por otro lado, Ruth Meñaco acusa haber sido víctima de la “represión, discriminación o racismo del Estado”. “Lo viví en carne propia, acá dentro de mi domicilio, de mi propiedad”, añade.
A pocos kilómetros de distancia, en las cercanías de Cañete, un grupo de efectivos entró a la comunidad Caupolicán buscando de maquinaria presuntamente extraviada. En medio de disparos y gases lacrimógenos, Ruth se llevó la peor parte.
“Levanto las manos de que no teníamos nada, todo el rato, ‘oye, ándate’. Y todos les decían que se fueran. Cuando hago esto -levantando los brazos- él empieza a hacer puntería. Le hace puntería a mi hijo y finalmente a mí. Digo ‘no tengo nada’ y siento el disparo“, relata.
Ruth presentó una querella contra Carabineros por homicidio frustrado, acción judicial que no ha arrojado detenidos. “La rabia más grande que tengo es que no ha habido justicia. Han pasado cuatro años, con las pruebas, y no se ha hecho nada. Está el nombre, más encima fue un capitán. Sé que saben”, asegura.
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Conflicto entre familiares
Los principales sospechosos por el caso del abuelo de Juan Raiman son primos de Gladys. El joven atribuye estas disputas tan violentas a “envidia”.
“Es la envidia. Arrebatándoles un pedacito de terreno a personas que quizás se sacan la cresta diariamente para poder tener algo propio y ellos no, quieren todo fácil. Llegan e ingresan a un territorio y se lo toman”, agrega.
Juan se reconoce a sí mismo como mapuche, pero que “así como están las cosas, me siento avergonzado de la etnia mapuche“. Camilo, en tanto, también se siente mapuche, pero siente “el dolor de que la misma sangre lo traiciona a uno”.
Desde la otra vereda, Ruth apunta una distinción en el debate: “ser mapuche y ser de apellido mapuche”. “Hay mucha diferencia”, señala.
Por su parte, Camilo atribuye la falta de soluciones a negligencias del gobierno. “No se ha puesto los pantalones”, agrega su hermano. Otro punto en común -además de la ascendencia- con Ruth, quien apunta al Estado de Chile como “el principal actor en la persecución a la persona por ser mapuche”.
Aún cuando el diálogo pareciera haberse agotado para ambos mundos, de todas formas depositan algo de esperanza en lo que pudiera hacer este o los siguientes gobiernos al respecto.
