Reportajes - Ñuñoa

Toda una tortura: Vecinos denuncian que iglesia da campanazos todos los días, cada una hora, hasta la noche

Reclaman que hacen sonar las campanas de bronce, marcando cada hora a partir de las ocho de la mañana. Es decir a las 8, ocho campanazos, a las 9, nueve campanazos y así hasta las 21 horas, de lunes a domingo. 

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Para el sacerdote y los feligreses se trata de una melodía angelical, pero para un grupo de vecinos de la parroquía Santa Gema, ubicada en Avenida Suecia con Sucre en Ñuñoa, los campanazos de la iglesia se asemejan más bien a un tortuoso suplicio.

Reclaman que el párroco las hacen sonar marcando cada hora, a partir de las ocho de la mañana y hasta la noche. Es decir, a las 8 AM, dad ocho campanazos; a las 9, nueve campanazos, y así hasta las 21 horas, de lunes a domingo.

Como si esto fuera poco, los afectados denuncian que además de los campanazos, en la parroquía decidieron que estos serían anunciados, cada hora, con una melodía religiosa que dura aproximadamente un minuto y medio.

Estruendosos campanazos y música que además de suponer un riesgo a la salud auditiva podrían también ser gatillante de otros graves trastornos como » alteraciones psicológicas como ansiedad, depresión y mal rendimiento desde el punto de vista cognitivo», advierte el especialista en otorrinolaringología de la clínica Las Condes, doctor Francisco Tocornal

En la iglesia Santa Gema el párroco, Carlos Cano, reconoce que ha recibido reclamos, pero se escuda en la libertad de culto. Mientras en el municipio de Ñuñoa aseguran que existen acciones formales al respecto, la ordenanza vigente para la comuna sobre ruidos molestos deja exentas de sanción a las iglesias.

Sin embargo, existe el decreto 38 del Ministerio del Medioambiente del año 2011, que rige a nivel nacional y que aplica sanciones de hasta 3 UTM a quienes sobrepasen los 55 decibeles durante el día y los 45 durante la noche. Como para que se haga una idea una aspiradora produce 70 decibeles.

Para que esta norma se haga efectiva, los afectados deben denunciar en la seremi de Salud y la Superintendencia del Medioambiente, quienes enviarán fiscalizadores a medir las ondas sonoras que producen las campanas.

Si estas exceden el máximo permitido se puede aplicar la multa, aunque se trate de una iglesia, explica la abogada litigante Lya Rojas Maggi.

«Si bien es cierto que la constitución política garantiza el derecho al libre culto este derecho siempre va a tener como límite el derecho de los demás, es decir que este derecho se ejerza con respeto y no afectado al resto», añadió.

Si aún así los campanazos persisten, los afectados puede recurrir a la Justicia, demandar a la iglesia y solicitar indemnizaciones por el daño moral que este ruido les estaría provocando.

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