5 razones por las que deberías darle una oportunidad a Peaky Blinders - Chilevisión
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17/06/2022 15:37

5 razones por las que deberías darle una oportunidad a Peaky Blinders

Con el final de la sexta y última temporada, este es el momento perfecto para conocer la historia de los Shelby en el bajo mundo de la Birmingham de 1920. Intrigas, traiciones, una atmósfera envolvente y personajes carismáticos son parte de los ingredientes de este imprescindible del streaming.

Publicado por Bruno Delgado

Con el final aún fresco de la sexta y última temporada de Peaky Blinders, este es el mejor momento para que todos los que aún dudan de darle una oportunidad a esta serie se abran paso en las peligrosas y sucias calles de Birmingham y se sumen a la banda de los Shelby.

Protagonizada por Cillian Murphy, acompañado por un reparto británico de lujo, esta producción se ha mantenido como un título con una fiel fanaticada (entre los que destaca incluso David Beckham), pero que no ha pasado a la primera línea de la TV o el streaming, posicionándose como un fenómeno de culto.

Personajes retorcidos y conflictuados, una intriga sostenida en base a secretos y emociones viscerales, y un elenco de lo más carismático, de esos que se ganan el odio y el amor al mismo tiempo, son parte de los ingredientes que hacen de ésta una historia peligrosamente adictiva.

Con 6 temporadas finalizadas, Peaky Blinders debutó en 2013 con seis capítulos de 50 minutos en promedio cada uno. Una fórmula que mantuvo a lo largo de todo su recorrido en Netflix, acotando toda la acción en un puñado de episodios, cuidadosamente estructurados para resolver lo suficiente y pavimentar el camino para los nuevos enigmas.

¿De qué trata?

En la ciudad inglesa de Birmingham de la década de 1920, en el periodo entreguerras, Tommy Shelby (Murphy) lidera una organización de gánster dominada por su familia irlandesa de origen gitano, con la que ha ascendido en el bajo mundo, ganándose el respeto y el temor de una zona donde el brillo de la Corona británica no llega y sólo queda el manto de pobreza que cubre a todos por igual en la alcantarilla de Inglaterra.

Y cuando el caos es ley y la desolación reina, la depravación parece ser la única esperanza, y eso es lo que aprovecha la ambiciosa cabeza de los Peaky Blinders, quien busca ganar la influencia suficiente para ampliar el negocio de apuestas ilegales y extenderse hasta la política. Sin embargo, las actividades ilícitas llaman la atención de la policía real, por lo que la Buckingham manda a limpiar la ciudad de lo que consideran las ratas.

Ese es el punto de partida de la serie que sigue las historias de los hermanos Thomas, Arthur, Ada, John y Finn Shelby, y de la matriarca de facto, Polly Gray, cuyas actitudes cancheras, personalidades temperamentales y sus trabas emocionales son tanto el corazón de cada episodio como una constante bomba a punto de explotar.

Reparto de lujo

Pese a no ser una habitual de los premios Emmy, el grupo de actores y actrices con los que cuenta la serie creada por Steven Knight es de primer nivel. A Cillian Murphy se le suman nombres de la talla de Tom Hardy, Helen McCrory, Aiden Gillen, Anya Taylor-Joy, Adrien BrodyStephen Graham, Annabelle Wallis y Sam Neill.

Y junto a ellos destacan los menos conocidos, pero de estupendos trabajos, Paul Anderson, Sophie Rundle, Ned Dennehy, Finn Cole, Joe Cole, Aimee-Ffion Edwards y Sam Claflin.

Atmósfera

Ambientada en una Inglaterra sombría y mal oliente, en la que pareciera que en cada esquina te espera Jack el Destripador, la Birmingham de Peaky Blinders es un personaje en sí mismo que moldea y al mismo tiempo es transformada por las aberraciones cometidas por el protagonista. Una especie de Ciudad Gótica para este antihéroe de los bajos fondos con dudoso sentido de moral.

Con su neblina espesa y sus calles húmedas, esta zona industrial llena de bares de mala muerte, talleres y empresas de metal y carbón se enfrenta a un presente nada glorioso, lejos de su época de oro en el apogeo de la industrialización, con su orgullosa clase obrera, conocida como uno de los motores de la revolución industrial inglesa.

Ese es el ambiente perfecto para albergar los ríos de sangre y sudor de la historia de los Shelby, y principalmente de Tommy, quien -no revelaremos cómo ni por qué- intenta esconder sus demonios en una desbocada carrera por el poder, aunque vaya amontonando cadáveres a su paso.

Pero no todo es piedra y pistolas, también hay espacio para las jarras de cerveza y los vasos de whisky. El ascenso advenedizo de los hermanos también les va abriendo puertas en una alta sociedad que se niega a reconocerlos y vive una especie de belle époque tardía, que recuerda a los lujos de los locos años '20 de El Gran Gatsby, y que prefiere olvidarse de lo que sucede fuera de la abundancia londinense y obviar los monstruos que se van anidando en el exterior.

Y que se desarrolle en el periodo entre la I y II Guerra Mundial no es baladí. Las pesadillas y traumas de quienes participaron en las cruentas trincheras se cruzan en la misma avenida pedregosa con el incipiente feminismo y la chispa del marxismo. Incluso, en temporadas posteriores, el surgimiento del fascismo y las consecuencias de la revolución bolchevique tienen su lugar.

Personalidad

¿Qué es lo que hace a un grupo de personajes atractivos? Las respuestas pueden variar, pero en este caso es la combinación contrastante entre la brutalidad y frialdad con la que los Shelby imponen su ley y el cariño fraternal que tienen con los suyos. Una mezcla de valores aparentemente irreconciliables que hacen que cada una de sus decisiones nos tengan al borde del asiento.

Junto a esto, el ingenio y viveza de Tommy y Polly suelen impresionar a todos los que los rodean y a quienes los ven por la pantalla. Y ese es otro de los encantos: ver cómo saldrán adelante teniendo todo en contra, ya sea enfrentándose con rebeldía a toda la policía o a una organización criminal que evidentemente los supera en número y recursos.

Pero como en toda buena familia, cada miembro tiene su propia agenda y temperamento, y el cariño no siempre lo soporta todo. Ahí están el irascible y manipulable Arthur, la idealista y decidida Ada, el confiable e inseguro John y el enigma de Finn. Son estas dualidades, que si bien no ahondan tanto como en Mad Men o Better Call Saul, sí compensan con su carisma y descaro.

Y si hablamos de la personalidad, también hay que mencionar el estilo tan característico de la producción. El sombrero de Tommy, conocido como Hattera o simplemente Irlandesa, es un tipo de gorra que se ha vuelto un sello de la serie, al igual que los abrigos de tres piezas que usa la familia y que han visto un revival en la cultura.

Conspiraciones

Uno de los puntos fuertes de la trama sin duda son las relaciones de los personajes, pero también las jugadas del grupo de poca monta para convertirse en los gánster número uno del corazón de Inglaterra. Y no lo tienen fácil.

Ya sea dando la cara a bandas rivales o traicionando las mismas órdenes de Buckingham, hay que tener una cosa clara: los Shelby no son de los que huyen de los problemas, más bien apagan el fuego con una bomba molotov. Es por eso que suelen estar en encrucijadas de las que salir parece imposible.

Y en medio de todo esto surgen las alianzas y también las conspiraciones, las que en este mundo se gestan con puños y se pagan con el filo de la navaja si son descubiertas por los ojos de sus víctimas.

Si bien sus entramados no son de la complejidad del de Game of Thrones o de la profundidad de Breaking Bad, acá los personajes siempre se guardan una carta bajo la manga, por lo que la atención del espectador siempre es imprescindible.

¿Y qué viene ahora?

El final de la sexta temporada marca el final en la pantalla chica, pero no para la historia. Steven Knight, el creador, ha dicho que planea llevar un capítulo final, pero al cine, lo que daría un poco más de los Shelby a sus fans por una última vez.