Fatiga visual y sequedad ocular: Los síntomas que podrían sufrir niños si abusan del celular o computador
En medio de la cuarentena, muchos menores pasan los días frente a un dispositivo móvil y diversas pantallas. Ya sea por las clases online o por diversión, este tipo de exposición constante podría traer una serie de problemas de salud. Establecer horarios y pausas, son algunas de las recomendaciones de los especialistas.
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La mayor exposición de niños y adolescentes a pantallas de dispositivos electrónicos a causa de la cuarentena es, sin duda, una de las preocupaciones de padres y especialistas, ya que son los más pequeños quienes permanecen más horas al día frente a ellas.
Para aclarar dudas y advertir de los riesgos que esto conlleva, tres médicos hablaron con CHV Noticias: Un especialista en oftalmología, una pediatra y una neuróloga.
Afecta directamente los ojos
Estar expuesto muchas horas frente a una pantalla, si bien no produce una enfermedad crónica, en niños preescolares y de educación básica puede exacerbar síntomas de fatiga visual y sequedad ocular.
“Ojalá los niños recién empezaran a ocupar estas pantallas después de los cinco o seis años, antes de eso no es bueno, porque los chicos se pueden adaptar a este trabajo cercano y tienden a aumentar los síntomas de una miopía instrumental”, advierte Hugo Berríos, especialista en optometría y oftalmología, académico de Tecnología Médica de la Universidad San Sebastián (USS).
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Pero no todo son síntomas leves, si un niño o niña abusa del uso de pantallas se genera una insuficiencia de convergencia ocular, provocado por una fatiga muscular. El especialista asegura que esto se produce debido a que “la musculatura se fatiga a tal punto que los ojos tienden a desviarse levemente, perdiendo la visión central, lo que requiere una terapia de varias sesiones”.
Para evitar este tipo de problemas, el profesional de la USS recomienda que los pequeños utilicen el menor tiempo posible estos dispositivos: “En una edad más preadolescente, podría ser tal vez de cinco a cuatro horas (considerando el estudio a distancia y los momentos de ocio), un tiempo que no se debe hacer por ninguno motivo de corrido, máximo 2 horas y siempre haciendo pausas por lo menos de 15 minutos para reposar la vista”.
Además, se debe regular la luminosidad del dispositivo: “El brillo de la pantalla debe ir de medio a tenue, en una habitación iluminada y a una distancia no menor de unos 30 a 40 centímetros“, recomienda.
Trastornos del sueño e irritabilidad
Pero la luz que emiten las pantallas electrónicas también afecta a nivel neuronal, es por eso por lo que los expertos en la materia son tajantes en afirmar que “los niños menores de dos años nunca deberían utilizar este tipo de dispositivos“.
La doctora Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Dávila, advierte que “en la edad escolar, ojalá utilicen este tipo de pantallas menos de una hora, ya que, si se abusa, su uso produce primero inactividad, ansiedad, trastornos del sueño e irritabilidad también”.
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Lo ideal es que la interacción con la pantalla sea durante el día, para que así no interfiera con la buena calidad del sueño, la especialista recomienda que “hay que dejar al menos una hora antes de acostarse sin pantallas a los niños. Así evitamos que se produzcan dificultades para conciliar el sueño e incluso, insomnio”.
La luminosidad de estos aparatos afecta directamente al cerebro debido a que este no distingue entre esta luz artificial y la luz del sol, “el cerebro piensa que estamos de día y empieza a generar hormonas para activarnos“, explica la neuróloga.
Alteración del lenguaje y en la convivencia
Y aunque suene reiterativo, estos especialistas concluyen que el uso de estas tecnologías por parte de niños pequeños de manera indiscriminada siempre tiene un efecto nocivo que incide en su salud física y psicológica, nunca deben ocuparlas sin la supervisión de un adulto responsable que regule su utilización.
Esto lo corrobora la doctora Ana María Bravo, pediatra y jefa de la Central Médica de la empresa HELP, quien explica que si bien el uso de las pantallas puede mantener tranquilos a los niños, “es un ente que los cautiva y produce una relación unidireccional, ya que el menor no está relacionándose con nadie y no está desarrollando por lo tanto ninguna habilidad”.
La especialista agrega que esto acarrea consecuencias: “Se produce también un retraso en el lenguaje, debido a la disminución de la necesidad de comunicarse”.
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Pese a todo esto, la pediatra asume que en el actual contexto de cuarentena estas tecnologías son útiles como alternativas de entretención y de conectividad con el resto del mundo, lo que obliga a su uso más tiempo del habitual, lo que aparece hoy como algo necesario: “en medio de la pandemia y de todas las prohibiciones que tienen los niños, la pantalla no se debe satanizar, no la debemos ver como algo malo, si no que como una oportunidad de compartir con nuestros hijos”.
Ahí esta doctora entrega la clave que nos permitirá evitar que el uso de estos dispositivos electrónicos tenga efectos nocivos en la salud de los más pequeños. La fórmula es compartir con ellos, supervisarlos cuando estén frente al computador y regular a conciencia el tiempo que les permitimos estar frente a la pantalla.
