Tendencias - reciclaje

La historia del emprendedor de Conchalí que hoy sobresale en el mercado del reciclaje de metales

Alejandro Hernández Toro (51) es uno de los mayores exponentes del mundo del reciclaje. Hoy, como gerente comercial de Norte Verde Spa, sigue con el negocio que inició su abuelo en 1938 solo con un humilde carretón.

La historia del emprendedor de Conchalí que hoy sobresale en el mercado del reciclaje de metales

Con un humilde carretón arrastrado por caballos, Bermesí Hernández se preparaba para iniciar un nuevo negocio. Con paciencia y mucho esfuerzo, irá casa por casa, calle por calle, buscando cartones en desuso. ¿Su objetivo? Juntar grandes cantidades para venderlas a imprentas y que estas puedan volver a utilizarlo para elaborar papel.

Así, casi sin saberlo, en 1938 daría pie a un negocio completamente innovador para la época y que más adelante su hija mayor continuaría. Con el paso del tiempo, la posta pasaría a sus demás hijos y posteriormente a sus nietos.

Uno de ellos es Alejandro Hernández Toro, quien actualmente se desempeña como Gerente Comercial de Norte Verde Spa: “Todo inició con mi abuelo, quien se dedicaba a recoger cartones con un carretón. Tras él siguió mi tía y más adelante mi padre, quien fue el que finalmente me motivó a continuar en este hermoso negocio que es el de recuperar materiales para contribuir con el medio ambiente”, detalla.

Desde su adolescencia, Hernández Toro ha pasado por varias áreas del reciclaje hasta llegar al mundo de la recuperación de metales. Con Norte Verde, se dedica a dar nueva vida a elementos como el acero, cobre, bronce y aluminio.

Actualmente, con más de 30 años de trayectoria en el rubro del reciclaje, nos comenta un poco de su historia.

Toda una vida dedicada al reciclaje

Con una familia profundamente ligada al rubro, Alejandro Hernández inició su carrera en el reciclaje de manera temprana. En un principio, durante los años setenta y ochenta, vio como su padre y su tío lideraban un negocio de reciclaje de cartón, para luego ir aprendiendo poco a poco las prácticas que terminaron por convertirlo en un experto.

“Recuerdo que cuando era pequeño, mi padre partió únicamente con un camión Chevrolet del 56. Con él, recogía el cartón desde diferentes imprentas de Santiago, para luego, ya con la carga completa, estacionarse en una plaza de Conchalí a separar el material por tipo y calidad”, detalla.

El camión que menciona, fue una herencia que su padre recibió de su hermana y con la cual inició el negocio. De esta forma, el negocio creado inicialmente por Bermesí Hernández con un carretón tomó dos rumbos, uno liderado por la tía de Alejandro y otro por su padre.

Con una experiencia más consolidada, Hernández Toro tomó las riendas del negocio varias veces desde los 16 años, con el objetivo de reemplazar a su padre y a su tío, quienes nunca tenían mucho tiempo para salir de vacaciones. Eso lo hizo crecer y conocer más de cerca el rubro.

Más adelante, con el colegio terminado y habiendo egresado de la carrera de Contador Auditor, Alejandro tuvo intenciones de ingresar al negocio que lideraba su padre y su tío en 1994. Sin embargo, este último tuvo ciertos reparos al considerar que Alejandro no tenía la edad suficiente para hacerlo.

Fue en ese momento cuando el padre de Alejandro depositó toda la confianza en él y se separó de su hermano para empezar una nueva empresa junto a su hijo.

“Nos fue bastante bien. Aproximadamente reciclábamos cerca de 4.500 toneladas de papel al mes, las cuales vendíamos principalmente a grandes papeleras del país. Con el pasar de los años, mis hermanos se fueron uniendo al negocio y seguimos creciendo a un buen ritmo”, relata Hernández.

No obstante, a inicios del año 2000 el precio por cada kilo de papel comenzó a disminuir su valor, lo que hizo que el negocio de reciclaje de papel fuera menos rentable que antes.

La recuperación de metales

Con la llegada del nuevo milenio y ante la baja en el precio del papel, la familia Hernández decidió probar suerte con el reciclaje de otro material: los metales.

Según relata Alejandro, para abrirse paso a este nuevo mercado, junto a su familia probaron una interesante estrategia: “Hablamos con los más de 400 proveedores con los que habíamos tratado durante varios años y los convencimos de que ya no solo se dedicaran a recolectar papel, sino que también metales. De esta forma, durante nuestro primer mes reciclando metal logramos manejar más de 20 toneladas”.

De esta manera, durante los siguientes meses del 2000 fueron superándose cada vez más, llegando a reciclar más de 500 toneladas al cuarto mes de haber iniciado. Finalmente, tras siete años trabajando con metales, llegaron a manejar más de 1.200 toneladas por mes.

¿Qué tipo de metales reciclaban? En general, optaron por reciclar mayormente aluminio, pero también incluyeron otros como el acero, el cobre y el bronce. Cada uno de estos posee calidades diferentes, por lo que al momento de compactarlos hay que separarlos previamente.

Como la industria metalúrgica en Chile es menos desarrollada que en el extranjero, todas las toneladas compactadas en grandes cubos de metal, eran exportadas a países como China, Corea del Sur, India y Estados Unidos, quienes sí tienen la posibilidad de darles un nuevo uso.

Norte Verde y un exitoso modelo de prevención del delito

Luego de más de 10 años trabajando con su padre y sus hermanos, Alejandro Hernández Toro decide emprender camino en solitario y fundar su propia empresa de recuperación de metales.

En 2013, se concreta la división y se crea Norte Verde Spa, cuyo rango de operaciones va desde Coquimbo hasta Santiago. ¿El rubro? El reciclaje de los mismos metales mencionados anteriormente, pero con la incorporación de un elemento más contemporáneo: la chatarra electrónica.

“El e-waste es un desecho poco considerado a día de hoy. Diferentes estudios han afirmado que el 60% de la basura electrónica está en las casas, por lo que es necesario hacer algo para motivar un cambio. Afortunadamente, la Ley REP contemplará el reciclaje de aparatos electrónicos, tanto de empresas como de particulares”, señala Alejandro.

Hernández Toro, agrega que dentro de los metales que se pueden reciclar de componentes electrónicos de celulares, tablets, computadores, televisores, entre otros, están el oro y el paladio, elementos clave a la hora del desarrollo de nuevas tecnologías.

Pero en el desarrollo de la actividad de recuperación de metales por parte de Norte Verde, uno de los elementos que más destaca es su modelo de prevención del delito, en donde se preocupan de verificar la procedencia de los materiales que diariamente llegan a su planta de procesamiento.

Gracias a una eficiente unidad de prevención del delito y su reciente Canal de Denuncias, la empresa se encarga de que delitos comunes en su rubro, como lo son el robo de cables y la receptación, no tengan cabida a la hora de ejercer su actividad comercial.

“Lamentablemente, en nuestro país hay delincuentes que se aprovechan de las empresas de comunicaciones y las eléctricas, robando parte de su cableado u otros elementos. Es por eso que en Norte Verde es una de las exigencias para los proveedores que comercialicen con nosotros, que estos sean capaces de acreditar la legítima procedencia de sus excedentes”, señala Alejandro.

A día de hoy la empresa de Hernández Toro mueve alrededor de 1000 toneladas mensuales, siendo una de las más relevantes del mercado nacional. Su interés por ayudar a la comunidad se ha materializado en un interesante proyecto que pretende capacitar gratuitamente a empresas chilenas para ayudarlas a crear modelos de prevención del delito. Aquí lo puedes encontrar.

Síguenos en Google News

  • Enlace copiado
Lo más visto