Errázuriz culpó a obispo Barros por críticas a la visita del Papa
A través de una carta el ex arzobispito expresó su opinión sobre lo ocurrido durante la visita del pontífice.
La visita del Papa Francisco en enero y la polémica que se produjo debido a la participación el Obispo de Osorno Jaime Barros en varios actos oficiales, continúa dando coletazos, esta vez desde el puño y letra del ex arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz, quien, a través de una carta, culpó al clérigo por la “fallida” visita del pontífice a nuestro país y la serie de críticas que recayeron sobre él.
Así consta en el sitio web National Catholic Reporter, que difundió parte de la carta que el prelado envío a varios obispos de América Latina, dando a conocer su visión sobre la serie de críticas que recibió la visita del Papa a Chile.
Según expresó Errázuriz en su misiva, el obispo Barros «no percibió la magnitud del problema», agregando que «dio la impresión de que lo consideraba una oportunidad favorable para difundir su visión de las cosas y para defenderse de las acusaciones».
«Esto … creó un enfoque indeseable y paralelo a la visita del Santo Padre, que desvió la atención», dijo Errázuriz en la carta fechada el 22 de febrero pasado, según consta en la publicación del medio cercano a la Iglesia Católica.
Cabe recordar que sus detractores condenan al obispo Barros por, supuestamente, encubrir los crímenes cometidos por el ex párroco de la parroquia El Bosque Fernando Karadima, apartado de sus actividades eclesiásticas de por vida, tras las acusaciones de abuso sexual hechas en su contra.
Por esta situación, la visita de Francisco a Chile estuvo marcada por esta controversia, atrayendo las críticas de diversos sectores de la sociedad civil, laicos y católicos por la presencia de Barros en misas como la celebrada en el Parque O’higgins en la capital.
Tras ser consultado por los medios, el Papa, en dicha oportunidad, señaló que las críticas al obispo eran “calumnias”. No obstante, tras reunirse en privado con algunas de ellas, ordenó una investigación encargada al arzobispo de Malta Charles Scicluna.