Halloween: Entregan recomendaciones de las porciones de dulces

Una de las tradiciones que ha adquirido nuestro país durante los últimos años, es la celebración de Halloween, en la cual no solo los disfraces cobran protagonismo, sino que además la recolección de dulces por parte de los más pequeños.

Daniela Marabolí, nutricionista de la Universidad San Sebastián explica qué “en relación a lo anterior es importante que los padres tengan en cuenta que por muy fructífero que sea el recogimiento, es fundamental la forma en que se fraccionaran estas golosinas para su consumo, dado que la Organización Mundial de la Salud, recomienda que la ingesta diaria de azúcar no exceda el 5% del total de calorías, con el fin de reducir la obesidad, las enfermedades asociadas y las caries. Por otro lado, se debe ser responsable con la alimentación de los pequeños, considerando que Chile ocupa el 6° lugar mundial en obesidad infantil y el primer puesto en América Latina”.

Las golosinas en general, tienen un gran aporte calórico el cual proviene básicamente de azúcar o sacarosa, por lo que son consideradas como “calorías vacías”, es decir, no presentan aporte de ningún otro nutriente para los niños, explica Marabolí.

Idealmente la alimentación de un escolar, debe estar compuesta por 4 tiempos de comida (desayuno- almuerzo – once y cena) más una colación a media mañana, la cual puede variar entre una porción de fruta (65 kcal), un lácteo descremado (65 kcal) u otro alimento que no sobrepase las 70 kcal. De esta forma las recomendaciones de la nutricionista para el consumo de golosinas son:

• Preferir aquellas con menor contenido calórico
• Porcionar los dulces (máximo un aporte de 70 kcal por vez) y otorgárselos en reemplazo de colación o como postre, para evitar una sobrecarga calórica.
• Elegir horarios de día (antes de las 17 horas) para evitar alteraciones en el comportamiento y en el sueño de los niños por el alto consumo de azúcar.
• Durante el peak de Halloween realizar preparaciones con menor aporte calórico, disminuyendo el consumo de carbohidratos (arroz, papas, fideos, pasta o pan) y de alimentos altos en grasas, aumentando la incorporación de frutas y verduras en las comidas.
• Evitar el consumo de otros alimentos altos en calorías como frituras, pastelería o bebidas azucaradas, entre otros.
• Preparar en casa y con los niños galletas alusivas a la fiesta, con harina integral y chips de chocolate, endulzadas con stevia o sucralosa.
• Favorecer actividades al aire libre, donde los niños se mantengan activos, para que utilicen la energía proporcionada por los dulces y evitar aumentos de peso.

La dinámica que se genera durante Halloween es muy entretenida para los pequeños, por lo que el objetivo no es que se aíslen sino que el interés se centre mayoritariamente en la fiesta y que disminuya el protagonismo de los dulces y así resguardar el estado nutricional y la salud de nuestros niños. “Una estrategia para lograrlo es adquirir en el comercio golosinas con menor aporte calórico (hasta 70 kcal) para regalarles”, dice Daniela Marabolí.

Finalmente se debe recalcar, que no es recomendable el reemplazo de alimentos saludables por golosinas, son excepciones que se pueden realizar en fechas especiales y que no se deben adquirir ni fomentar malos hábitos en los niños como el exceso de consumo de “comida chatarra”, “lo principal es la educación para que puedan seleccionar  y comprender que el consumo de alimentos con nulo valor nutritivo debe ser esporádico porque no generan ningún beneficio para la salud, sino todo lo contrario”, concluye la nutricionista de la USS.

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