La realidad vial de Santiago: Cada vez más vehículos y menos peatones
En los últimos años ha aumentado notoriamente la cantidad de vehículos particulares en la capital.
El parque automotor ha crecido exponencialmente en los últimos años en Chile y es frecuente que la mayoría de los hogares chilenos dispongan de, al menos, un vehículo motorizado.
A simple vista pareciera que el número de automóviles que circulan por la capital aumentan cada vez más, generando congestión en las principales avenidas y a distintos horarios, además de los problemas de convivencia vial entre automovilistas, ciclistas y peatones.
Según datos del Registro Civil, hasta fines de 2016 habían cerca de 5 millones de vehículos inscritos en todo el país, de los cuales casi 4 millones estaban concentrados en la Región Metropolitana, convirtiéndose en la zona con mayor cantidad de automóviles.
Este hacinamiento del parque vehicular explica, en parte, el colapso vial que se observa a diario en las calles de la capital. En el año 2000, en Santiago había más de 2 millones de automóviles, una cifra que se espera que ascienda a 5 millones al terminar el año 2017.
La enorme cantidad de vehículos que circulan por Santiago no solo genera tacos kilométricos, sino que también causa conflictos con peatones y ciclistas.
El número de viajes diarios en bicicleta que se realizan en la Región Metropolitana ha aumentado en un 10% cada año, convirtiéndose en una de las ciudades latinoamericanas con mayor presencia de ciclistas en las calles.
De hecho, solo la zona metropolitana de la capital cuenta con 230 kilómetros de ciclovías, una cifra menor considerando el elevado número de automóviles que circulan por la ciudad. En muchas ocasiones, esta situación de coexistencia genera accidentes en la vía pública.
Juan José Santa Cruz, CEO de la corredora de seguros EstoySeguro, aseguró que la empresa desarrolló un seguro especialmente creado para ciclistas, pensando en que sería un acierto, sin embargo al año tuvieron que descontinuar el servicio. «Pero los seguros automotrices no paran de crecer, al igual que el parque automotriz», enfatizó el ejecutivo.
Pese a que en los últimos años se ha registrado un boom en la compra de bicicletas, las personas continúan optando por los automóviles y cada año aumenta el interés por conseguir nuevos modelos.
En términos geográficos y de planificación vial, la Región Metropolitana debería resistir sin problemas la coexistencia de ciclistas y peatones en las calles de Santiago. Sin embargo, el problema de fondo es cómo solucionar los problemas colaterales del incremento de vehículos particulares.
Por otro lado, el transporte público es otro factor determinante a la hora de pensar una solución para el tránsito en la ciudad. La gran cantidad de micros y taxis, sumados a los autos particulares, complican la movilidad y eficiencia del transporte colectivo.
Cada día, cuando los santiaguinos deben regresar a sus hogares, el camino se hace largo y tedioso, una realidad que se ha acentuado en los últimos 15 años.
Según los expertos, el actual desafío que enfrentan las autoridades es diseñar un plan efectivo de convivencia vial, con el fin de ordenar el panorama y priorizar el transporte público.
Aunque la idea de caminar o andar en bicicleta es promovida porque además aportan a una vida saludable, es innegable la comodidad de circular en vehículo, sobre todo cuando se trata de una ciudad grande como Santiago.
Sin embargo, las políticas públicas del futuro apuntan a mejorar la efectividad del transporte colectivo y la construcción de nuevas ciclovías. Ambas medidas no solo contribuyen a mejorar la calidad de vida de los santiaguinos, sino que además ayudan a descontaminar la ciudad.