El 26 de julio de 1997 marcó el inicio del fin de Colonia Dignidad, el chileno Salo Luna escapaba del cónclave junto al colono alemán Tobías Muller, denunciando abusos sexuales a menores dentro del recinto.
Los jóvenes habían esperado por meses para armar un plan que les permitiera huir del lugar y burlar las estrictas medidas de seguridad que imponía el sistema del jerarca de la colonia, Paul Schäfer. A 18 años del escape, Salo Luna aún vive en San Fabián de Alico, a 17 kilómetros de Villa Baviera.
No había tiempo de mirar atrás, corrieron 17 kilómetros en total por sus vidas. Cada paso que daban los acercaba a la libertad.
En el 2013 los tribunales chilenos dictaminaron el pago de más de 1000 millones de pesos a las 11 personas que denunciaron abusos, pero ni un solo centavo presuntamente les habría llegado hasta hoy. Eduardo Salvo dice que intencionalmente los encargados de Villa Baviera habían dilatado el pago.
